- ¡Me da miedo! ¡A la calle no! ¡No quiero salir! ¡Prefiero estar en casa!
No es algo inusual, y por supuesto es normal encontrarnos a niños y niñas temerosas, apagadas, estresadas,…
Llevan semanas escuchando que hay un bicho peligroso en la calle y que para estar protegidos deben quedarse en casa. Oyen por las noticias cifras de muertos o viven en primera persona la pérdida de algún conocido/familia…
Confinamiento Coronavirus: 10 pautas para las familias
Es como si los lleváramos a la guerra y su pensamiento es normal: ¡Mi madre o mi padre debe de estar loco!
No hay pautas idénticas ni varita mágica que pueda hacer desaparecer el miedo a salir a la calle, pero si podemos seguir una serie de pautas generales, siempre valorando como cuidadores cada caso personal con sus características específicas
1) Antes de empezar, lo primero será reflexionar estas cuestiones: ¿Qué mensajes le hemos dado? ¿Qué mensajes ha podido interiorizar?
Conviene tener en cuenta que la mayoría de los miedos son aprendidos, muchos aparecen para rellenar la falta de información que necesitaban, como conexión entre mensajes que han oído o por las noticias de la tv,…
Nos encontramos ante un mundo exterior muy diferente, un mundo “vacío”, lleno de mascarillas, sin proximidad física, con tiendas cerradas y parques fantasmas,…eso impresiona, entristece y asusta.
Aprendieron la importancia de no salir de casa y, ahora les toca aprender a salir de una manera distinta.
2) Para aprender a gestionar cualquier emoción necesito saber qué es esa emoción
Es necesario explicar en su lenguaje qué es el miedo, normalizarlo, sentirlo nos ayuda a protegernos y a estar alerta. Saliendo de esta función, hay otros muchos miedos que nos paralizan, nos limitan y nos hacen sentir pequeñitos en un mundo grande que se nos complica.
Esta situación de miedo contagiada necesita un acompañamiento con calma, un acompañamiento de comprensión, de seguridad y una gran dosis de paciencia, ya que en muchos casos cometemos un gran error con la mejor de nuestras intenciones: quitarle importancia y dejar un poco el tema de lado.
Vamos a fomentar el diálogo y a ser conscientes de sus emociones. A escuchar y empatizar
Inteligencia emocional desde la infancia
3) Además del miedo a contagiarse, debemos prestar atención a otros miedos que pueden añadirse
Tales como el miedo a contagiar a los demás y que les pase algo “por su culpa”, miedo a que les pare la policía, miedo a pisar el suelo, miedo al rechazo que viene por comentarios despectivos que han oído en otra salida, pesadillas en las que imaginan salir a la calle como una pantalla de videojuego en la que se encuentran a virus como monstruos gigantes, miedos que no salen a la luz porque dicen que “prefieren estar en casa ya que son felices y se lo pasan genial”,…
4) Conocer la realidad
No hay que negarla, vamos a dar importancia a la prevención: podemos salir pero de forma distinta, los bichos no se saben dónde pueden estar por lo que seguimos unas instrucciones y así salir a la calle de forma segura, normalizar las nuevas normas, conocer al virus,… tomar las precauciones necesarias para que puedan sentirse más protegidos ya que muchos han interiorizado que sólo en casa están protegidos.
5) ¿Cómo vamos a salir?: explicar qué vamos a hacer. Vamos a evitar: el chantaje y obligarles a salir.
Lo primero es aclarar que la salida NO es obligatoria, y que aunque no puedan ir al parque o abrazar a sus amigos puede ser también divertido. Podemos volver al pasado para explicar cómo era la situación, después el confinamiento, y ahora toca empezar una nueva etapa en la que podemos salir sin tocar nada y manteniendo una distancia social que ayudará a volver a la normalidad.
Las salidas pueden empezar por una vuelta a la manzana o simplemente salir a tirar la basura. En la mayoría de los casos, una vez que se enfrentan a cruzar la puerta y comprueban que no pasa nada, el miedo va perdiendo su valor y desaparece. En caso contrario, si persiste varios días, conviene pedir ayuda de un profesional.
El tiempo de salida puede ser gradual, los acompañamos a volver a confiar en el mundo exterior sin que se sientan desprotegidos. Y en caso de que durante la salida no le apetezca continuar, dejar claro que pueden volver en cualquier momento.
El niño o la niña también opina y podemos llegar a un acuerdo de cómo será la salida, con quién, cuánto va a durar, por dónde va a ser,… explicar y acordar el plan, resolviendo cualquier duda.
6) Seamos un EJEMPLO
Con nuestra calma, cumpliendo las normas, las medidas de higiene antes y después de la salida,…
7) Hablar con sus amigos: sobre sus salidas, qué hacen, a dónde van,…
8) Ensayar en casa
Ponernos las mascarillas para familiarizarnos, asomarnos a la ventana para mostrar la realidad y ver cómo es la vida ahora en el exterior,… Podemos ensayar cómo nos ponemos el calzado y nos descalzamos, cómo es la distancia de seguridad que hay que mantener (colocando algo en el suelo para verlo más fácilmente), poniendo nombre para los más pequeños “Si vemos a tu amiga X podrás hablar con ella a esta distancia”,…
9) Pueden llevar un juguete que les transmita confianza, patines o patinete para no tocar el suelo,…
10) ¿Cómo ha ido?
Por último, no olvidemos volver a escuchar y a disipar sus dudas a la vuelta, prestar atención a las emociones vividas en la experiencia,…
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