orientación académica

Ante cualquier cambio es normal sentirse nervioso, inquieto o agobiado.

Conocerse a uno mismo es la clave principal a la hora de elegir, pues nadie mejor que tú sabe lo que te gusta. Si te gusta y te motiva lo que aprendes durante tu formación, te costará menos esfuerzo estudiar, por lo que se facilitará el recorrido hacia tu objetivo académico-profesional.

No temas a “equivocarte” pues la única equivocación posible es tomar decisiones de manera impulsiva, es decir, sin plantearte antes aquellas variables que pueden influir en tu decisión, así como las consecuencias a corto y a largo plazo.

En la vida, no existen fórmulas mágicas para aprobar sin estudiar; por ello debes empezar adquiriendo hábitos de estudio adecuados y aprender a planificar tu tiempo.

Huye de tabús y falsas creencias sobre las profesiones. Cuando alguien te diga que la opción que has elegido no tiene salidas o no vas a encontrar trabajo piensa que con esfuerzo y constancia puedes llegar dónde quieras.

No dudes en buscar toda la información necesaria para tomar una decisión. Estar bien informado de las opciones a tu alcance te permitirá generar más alternativas a elegir.

Si estás estudiando y el curso no sale como esperabas: analiza si el tiempo de estudio ha sido suficiente, si la planificación y metodología fue la más adecuada. Aprende de tus errores para no volver a cometerlos.

No debes tener miedo a cambiar de opciones formativas si eso es lo que te planteas, bien porque no estás satisfecho con tu rendimiento y/o resultados, bien porque tus intereses han cambiado de dirección.