PSICOONCOLOGÍA

Aunque cada persona, cada proceso, cada enfermedad es única y debe ser tratada de manera individualizada según sus características y experiencias previas, es frecuente encontrar en muchos pacientes reacciones emocionales comunes:

– Incertidumbre. Al principio es normal la sensación de incredulidad (estado de shock). Sientes estar como en una nube, no crees lo que está pasando, esto no va conmigo, etc.

No tenemos las respuestas, no hay certezas. La falta de seguridad nos provoca una terrible inquietud.

– Miedo. Seguramente la emoción más frecuente, la más abrumadora. Es el miedo a lo desconocido, avanzamos a ciegas hacia un proceso del que nada sabemos. Las preguntas se amontonan:

¿Me voy a morir?

 ¿Qué va a pasar?

¿Me va a doler?

¿Y mi familia?

 – Tristeza. Estar triste es otra de las emociones más frecuentes. La tristeza durante la enfermedad y todo su proceso es una vivencia similar a la pérdida de un ser querido.

– Rabia. Rabia, negación, rechazo… Huir de todo lo relacionado con la enfermedad. Y de nuevo dudas y preguntas sin respuesta:

 ¿Por qué a mí?

¡No me lo merezco!

¿Y los demás?

 Afrontar y gestionar todas estas reacciones emocionales durante de un proceso oncológico es difícil y lleva asociado un desgaste psicológico importante que se hace evidente a medida que pasa el tiempo.

A pesar de saber que todas estas emociones entran en el ámbito de la normalidad, cuando sean desproporcionadas y mantenidas en el tiempo, debemos consultar con un especialista en psicooncología.