Ante una situación angustiante, que nos desborda, una de las reacciones más habituales, es la de intentar salir de ese “agujero negro” lo antes posible.
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Esto es adaptativo, ya que una vez identificado el problema, lo esperable seria, que cuanto más rápido se actuase, antes lo podríamos dar por resuelto. Parece sencillo, pero…
La dificultad se produce, cuando el propio intento para disminuir la angustia que se siente, se convierte en un factor extra, que contribuye al malestar.
Es decir, a la situación problema, se añade otra dificultad, el propio intento de solución del problema.
¿Es extraño querer salir de una situación angustiante lo más rápido posible?
Por supuesto que no, tal como hemos mencionado anteriormente, es totalmente adaptativo. Lo que sucede es que resulta adaptativo en una situación de vida o muerte, en una cuestión de supervivencia.
Por ejemplo, detectas que hay fuego en la vivienda y sales corriendo tan rápido como puedes para salvar tu vida.
No obstante, este mecanismo de supervivencia, en situaciones de ansiedad y angustia, agrega más ansiedad, angustia, posible culpabilidad o sentimientos de inutilidad, derivados de los intentos frustrados por salir del problema.
Las arenas movedizas: una metáfora perfecta para darse cuenta de la ineficacia de la solución más rapida
A continuación, os propongo leer y/o escuchar, como prefiráis, una adaptación escrita para este post, de la metáfora de las arenas movedizas, que aparece en el libro Terapia de Aceptación y Compromiso: Proceso y práctica del cambio consciente (Mindfulness) de Steven C. Hayes, Kirk Strosahl y Kelly G. Wilson.
Puedes leer la metáfora en este post o escucharla en audio pulsando aquí, cómo prefieras.
Metafora de las arenas movedizas (versión adaptada para este post):
Imagina que vas caminando, llevas tiempo andando por un camino que cada vez resulta más complicado, te encuentras con muchos obstáculos, vas cortando la vegetación que te impide el paso, entonces das un paso más y sin saber cómo, te ves inmerso en unas arenas movedizas.
Se trata de una masa viscosa, sientes un miedo terrible, pero cuanto más intensos y rápidos son tus movimientos por salir de ella lo antes posible, la presión que esta ejerce sobre ti es cada vez mayor.
Al sentir que no puedes salir, que estas atrapado, el miedo se hace cada vez más intenso, lo sigues intentando, una vez más, otra…
Cada vez tienes menos superficie de tu cuerpo fuera de la arena, el miedo se incrementa, piensas en la muerte, no hay escapatoria.
¿Qué alternativa podría existir?
De repente notas cómo si extiendes tu cuerpo y avanzas muy lentamente, poco a poco cómo si nadases en cámara lenta, puedes avanzar.
Avanzas lento, pero a un ritmo progresivo, con cada avance te encuentras más tranquilo/a y consciente de que te diriges hacia una meta concreta, salir de esta masa viscosa.
Durante el camino, quieres llegar más rápido a la meta, y notas como la arena te traga de nuevo, el terror aparece y te preguntas ¿habrá servido para algo todo este avance?
Empiezas a pensar en que definitivamente, el avance era una ilusión y que estas avocado a hundirte en esas arenas, sin remedio.
Decides volver a expandir tu cuerpo, volver a intentarlo, continúas avanzando lento, durante todo el trayecto.
Al cabo de un tiempo, tus manos tocan la orilla, haces presión, te impulsas, y caes exhausto en tierra firme.
¿Te ha resultado una metáfora sugerente? Aquí te dejo un link por si tienes curiosidad sobre el funcionamiento de las arenas movedizas:
Locos por la geología. ¿Cómo se producen las arenas movedizas?
Por qué podríamos fácilmente ser engullidos por las arenas movedizas
El miedo facilita que nos aferremos con fuerza a una única solución, por lo que es muy probable, que en ese momento sea complicado que nos paremos y decidamos que pasos llevar a cabo para avanzar.
La estrategia rápida, consistente en intentar aplacar el miedo rápidamente huyendo o escapando de la situación angustiante, es mucho más probable, que la estrategia lenta, reflexionar sobre el problema y los pasos secuenciales a seguir.
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Una reflexión final: Salir después para llegar antes
La metáfora de las arenas movedizas, nos muestra como en determinadas situaciones, la solución más rápida no es la solución más adecuada.
Esta conclusión se ve plasmada en el refranero español con aquel “Vísteme despacio que voy deprisa” o como dice el psicólogo italiano Giorgio Nardone “Salir después para llegar antes”.
Te apetece reflexionar sobre esta metáfora, puedes hacerlo en los comentarios, de la misma forma estaré encantado de leer cualquier sugerencia.
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