El COVID-19 ha afectado en gran medida a todos los sectores de la sociedad a nivel psicológico. En este artículo analizamos cómo ha incidido directamente el COVID-19 a nivel psicológico en los mayores. Hemos consultado a diferentes expertos en residencias y nos han dado las claves principales sobre la incidencia del COVID-19 en los mayores a nivel psicológico.
COVID-19: su impacto psicológico en los mayores
Sin duda la crisis socio-sanitaria provocada por la pandemia del COVID-19 ha provocado un gran impacto a nivel psicológico en la población, afectando de manera especialmente grave a las personas más vulnerables, como los ancianos. Como nos han explicado los expertos en residencias de Salamanca que hemos consultado, aunque es normal que los ancianos sientan eventualmente sentimientos de tristeza o de soledad, sin duda estos se han acentuado durante los meses de confinamiento y de pandemia, lo ha aumentado la posibilidad de que los ancianos puedan experimentar otros problemas a nivel psicológico.
Según los expertos, durante esta etapa los ancianos han experimentado problemas a nivel emocional, cognitivo y social, que han podido apreciar tanto ellos mismos como también sus cuidadores y familiares. A nivel psicológico, los profesionales coinciden en la importancia de trabajar con los mayores para reconocer todos estos problemas psicológicos y poder clasificarlos para entender mejor la realidad de cada anciano y poder ayudarle.
Entre los principales problemas a nivel psicológico que los expertos han detectado en los ancianos encontramos la afectación a nivel cognitivo. Según algunos profesionales de diferentes geriátricos en Salamanca, se ha detectado un deterioro de las funciones cognitivas en muchas personas mayores durante el confinamiento y la pandemia. Muchos ancianos se mostraban más desorientados, tanto a nivel personal como a nivel temporal y espacial. Otros registraban pérdidas de memoria o los costaba más prestar atención o hacer sus tareas. Del mismo modo, muchos experimentaban también un síndrome agudo de confusión, y otros presentaban alteraciones de la conducta y cambios de personalidad. Además, otros mayores acusaban problemas de sueño y de alimentación, al ver modificadas sus rutinas.
Por otro lado, otros mayores también presentaban alteraciones en el lenguaje, les costaba mucho más planificarse y les resultaba imposible tomar decisiones. Los que presentaban un síndrome de confusión agudo se sentían desorientados de repente, durante varias horas o durante varias horas, estaban inactivos y tenían mucho sueño, así como podían llegar a presentar una gran agitación, e incluso alucinaciones.
Del mismo modo, a nivel emocional y social, sin duda todos los cambios y medidas de seguridad que han debido realizarse de forma obligatoria en estos centros durante la pandemia, también han incidido directamente en el bienestar a nivel personal de los residentes. Si bien en un principio todos ellos experimentaron incredulidad y medio ante una realidad desconocida, poco después el sentimiento más acuciante que se extendió entre los ancianos fue la necesidad de estar con sus seres queridos, causando esto un fuerte impacto negativo a nivel emocional y psicológico en los mayores.
En la actualidad, con la nueva normalidad y todas sus restricciones y limitaciones, muchos ancianos han manifestado sentirse confundidos, con dudas e incluso desconfiados.
De esta manera, los expertos reseñan también la importancia de aportar a los ancianos todo el apoyo que necesitan. Desde la residencia, el cometido principal debe ser el informar a los residentes, pero también a sus familiares sobre los riesgos del virus y las medidas principales que se han ido llevando a cabo, pero siempre manteniendo la calma y la seguridad para evitar la alarma o el pánico. Del mismo modo, ha sido complicado evitar algunos momentos de inestabilidad emocional, con lo que el apoyo psicológico también ha sido y continúa siendo fundamental para los ancianos y para sus familiares. En todas estas intervenciones deben tratarse diferentes aspectos como la depresión, el control de la ira, la soledad o la ansiedad. Además, también es fundamental animar a los ancianos a tener un espíritu resiliente de fuerza, fomentar su autoestima y apoyarle a nivel social.
Del mismo modo, para los mayores también ha sido clave el poder disponer de video llamadas con sus familiares y seres queridos. De esta manera han podido mantener un contacto frecuente y directo con todos ellos. Otra gran alternativa ha sido la elaboración de diferentes vídeos del día a día de los residentes para que puedan verlos sus familias y sentirse cerca de ellos.
Finalmente, desde el servicio de psicología de las residencias, el trabajo fundamental actual se basa en trabajar con los mayores para ayudarles a solucionar y reparar todas las secuelas que les hayan podido quedar tras estos meses de miedo e incertidumbre, de irrealidad y de dudas, de cara a que puedan disfrutar de un presente y de un futuro libre de miedos, ansiedades y problemas psicológicos.
Además, con la nueva normalidad, también es clave ofrecer a los mayores y a sus familiares toda la información que necesitan para que puedan sentirse seguros y confiados en todo momento.
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