Hoy contamos con la colaboración de ORIOL LUGO, Psicólogo e investigador de la Universidad Ramón Llull de Barcelona. Muchas gracias compañero por compartir algunas soluciones tan útiles ante el estrés.
Cuando hablamos de “ESTRÉS” parece cómo que es un tema que todos/as hemos sufrido en algún momento de nuestras vidas. Es un concepto que está muy presente en nuestras vidas. A veces, demasiado…
¿Pero realmente es algo que podemos solucionar?
Digo sí. Y añado condiciones. Voy a contar como nos afecta y también que soluciones tenemos a nuestra disposición.
Mi propuesta es que sea un artículo práctico donde tu aprendas nuevas maneras de gestionarlo.
ESTRÉS en el día a día
Vivimos en una era donde se ha vuelto habitual vivir estresados/as.
¿Pero es realmente este estado algo natural o propio del ser humano?
Hemos de entender que el estrés es una respuesta propia de nuestro cuerpo para así poder dar respuesta a posibles situaciones de amenaza o peligro. El problema lo encontramos cuando este estrés se vuelve continuo y persistente. Uno puede sentirse estresado/a en períodos concretos de su vida, pero cuando está continuamente en un estado de alerta y de tensión, aquí es cuando se generan la gran mayoría de los males.
Algunas posibles causas de nuestro estrés los podemos hallar en nuestros hábitos de vida:
– Hiperestimulación (exceso de información y estímulos a través de los distintos dispositivos electrónicos).
– Ritmos de trabajo más exigentes y competitivos.
– Falta de tiempo para el descanso o para recuperarnos.
– Relaciones sociales más artificiales o superficiales (los contactos vía redes sociales no son iguales a los contactos cara a cara).
– Alimentación rápida y no siempre saludable.
– Abuso de sustancias excitantes como el café.
– Falta de movimiento o de prácticas deportivas para liberarnos de las tensiones.
– ….
¿Cómo nos afecta?
Hay muchas áreas y funciones que se ven afectadas por culpa del estrés. Este perjudica a todo el organismo, aunque vamos también a remarcar algunos de los indicadores de malestar tanto a nivel general como por lo que respecta a nuestro cerebro.
A nivel general:
– Cambios de humor (podemos pasar de estar contentos/ as, a enfadados/as o tristes).
– Alteraciones en nuestros ciclos de sueño y vigilia.
– Falta de energía y ganas de hacer actividades
– Obesidad y sobrepeso.
– Enfermedades cardíacas.
– Problemas en la piel, pérdida de pelo y urticarias.
– …
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Por lo que respecta a nuestro cerebro:
– Dolores de cabeza y migrañas.
– Pérdida de memoria.
– Falta de capacidad de concentración.
– Dificultad para poder usar nuestra creatividad o pensamiento lateral.
– Dificultad en aprender o incorporar nuevos aprendizajes.
– Modificaciones de nuestros sistemas de recompensa.
¿Qué soluciones tenemos a nuestra disposición?
Gracias a los últimos descubrimientos en el campo de las Neurociencias, sabemos que regiones se activan cuando estamos estresados/as. Hay una zona en concreto que forma parte del sistema límbico, que es la encargada principal de la regulación emocional (capas del Allocortex).
Aprende a gestionar el estrés y la ansiedad
Si cuando estamos estresados/as estás regiones se sobre activan, al aplicar un trabajo/ pautas de relajación obtendremos una disminución de sus niveles de activación.
De esta manera las Neurociencias aplicadas al campo de la Psicoterapia han generado un cuerpo de nuevas prácticas o metodologías para ayudarnos con estos objetivos de combatir el estrés. Algunas de estas técnicas son milenarias como sería el caso de la meditación (actualmente con su estudio científico, que ha originado la práctica del Mindfulness). También a nivel más moderno contaríamos con las Terapias Neurocientíficas o terapias con una base neuro biológica (las cuales permiten poder reducir la activación de las zonas o áreas límbicas de regulación emocional).
También las psicoterapias convencionales son un gran aliado y se pueden combinar y unir con las terapias anteriormente mencionadas.
Más allá de las terapias psicológicas hemos de tener presente que nuestro estilo de vida es una base para poder obtener una mejor calidad y reducir los niveles de estrés. Si practicamos deporte, cuidamos nuestras relaciones, tenemos tiempo para relajarnos o meditar…, por poner algunos ejemplos, también reduciremos significativamente nuestros niveles de estrés y malestar.
Herramientas para la gestión de la ansiedad
Tú puedes empezar a hacer cambios en tu vida, puedes empezar por incorporar un pequeño hábito o pedir ayuda profesional.
ORIOL LUGO
Psicólogo e investigador de la Universidad Ramon Llull de Barcelona
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