La situación actual debido a la pandemia ha hecho que muchas de nuestras rutinas o hábitos se hayan visto modificados, nos hemos tenido que adaptar a una situación que jamás nos hubiésemos imaginado y esto ha hecho que a veces nos hayamos sentido algo perdidos entre tanta incertidumbre. Uno de los cambios a los que hemos tenido que adaptarnos ha sido en el terreno laboral, la implantación del teletrabajo se ha visto acelerada por las circunstancias y trabajar desde casa ha supuesto un auténtico reto para muchas personas.
Debemos tener en cuenta que el ser humano tiene una gran capacidad de adaptación al cambio, cuando decimos que trabajar desde casa supone un auténtico reto es porque nos enfrentamos a una situación ante la cual debemos ser capaces de aprovechar las oportunidades que nos brinda el teletrabajo y saber gestionar los obstáculos que implica hacer de nuestra casa nuestro centro de trabajo. Y esto a veces no resulta fácil.
Antes de examinar a fondo el asunto puede parecer que en el teletrabajo todo son ventajas, ejemplos de ello son no tener que desplazarnos a ningún sitio, poder utilizar ropa cómoda, poder atender a nuestros familiares o tener una mayor flexibilidad horaria. Pero ¿es oro todo lo que reluce? Es importante saber organizarnos y establecer rutinas porque si no lo hacemos las ventajas pueden pasar a ser auténticos obstáculos en nuestro día a día teletrabajando.
Muchas personas han experimentado consecuencias negativas de esta forma de trabajar lo que dificulta su adaptación. Entre los efectos negativos pueden aparecer:
- Problemas para desconectar.
- Dificultad para establecer horarios.
- Problemas para distinguir tiempo de trabajo y tiempo de ocio.
- Mayores distracciones.
- Dificultades para atender corresponsablemente las tareas del hogar y responsabilidades.
- Pérdida de contacto con los compañeros de trabajo y sentimientos de soledad.
- Alteraciones en el sueño.
- Sentimientos de sobrecarga y falta de la percepción de control.
- Agotamiento mental.
- Vulnerabilidad emocional, apareciendo ansiedad, irritabilidad, tristeza o irascibilidad.
- Desatención de otras áreas personales.
Si no contamos con una buena organización y somos disciplinados a la hora de llevarla a cabo podemos caer en los efectos negativos descritos de esta modalidad de trabajo, caracterizada por una sensación constante de estrés y sobrecarga que afecta a nuestros horarios y ritmos biológicos.
Como establecer rutinas durante la cuarentena por coronavirus
Como hemos dicho, el ser humano tiene una gran capacidad de adaptación al cambio, pero para ello debemos establecer nuevos hábitos porque el contexto laboral ya no es el mismo y necesitamos nuevas herramientas que nos permitan gestionar nuestro tiempo y organizar nuestro trabajo. Por ello aquí van unas pautas que nos serán útiles para teletrabajar.
Pautas para el teletrabajo.
- En la medida de lo posible destina una zona diferenciada para trabajar que te permita una buena concentración, un espacio libre de interrupciones y distracciones, cómodo, con buena iluminación, con buena ergonomía y en el que cuentes con todo lo que necesitas. Es importante que este sitio sea siempre el mismo, y preferiblemente, que no sea el dormitorio (si te habitúas a estar en la habitación donde duermes pueden aparecer dificultades para conciliar el sueño). Si es viable escoge un lugar que al final de la jornada puedas cerrar o abandonar hasta el día siguiente.
- Mantén los mismos hábitos que tenías cuando ibas a la oficina, levántate a la misma hora, haz un desayuno completo, dúchate y vístete. De esta forma estás activando el “modo” de ir a trabajar.
- Fija horarios y cíñete a ellos. El horario ha de ser similar al de la oficina. Deja para después el resto de actividades, como ir a la compra (las rutinas disminuyen la ansiedad y la incertidumbre).
- Dedica los primeros minutos de la jornada a organizar tus actividades. Reserva franjas horarias sin interrupciones para tareas de alta concentración.
- Evita las distracciones. Tenemos que hacernos a la idea de que estamos en la oficina.
- Fija algún descanso durante la jornada.
- Una vez terminada la jornada laboral desconecta del trabajo.
- Consensua con tu pareja o familia el reparto de tareas del hogar y responsabilidades. Llega a acuerdos, anticipándote a posibles conflictos y tensiones. Escucha con empatía y expresa de manera asertiva tus necesidades o preferencias.
- Solicita ayuda, no esperes a que las exigencias te sobrepasen.
- Mantén contacto con tus compañeros, ello te ayudará a sentirte menos solo/a.
- Sé amable contigo mismo/a. No siempre vas a cumplir al 100% tus objetivos, las condiciones no son fáciles y haces lo que puedes, evita castigarte. Estás haciendo un gran esfuerzo y puedes permitirte tener fallos.
- Respeta los fines de semana y festivos y destínalos para descansar y disfrutar.
- No te olvides de disfrutar de momentos de ocio y realización de otras actividades de la vida personal, familiar y social. Es importante que estas áreas estén equilibradas.
Como hemos dicho al principio del artículo, teletrabajar ha supuesto para muchas personas un auténtico reto, nos enfrentamos a un nuevo escenario al que no estábamos acostumbrados. Para muchos ha sido un cambio radical y ha tenido una serie de consecuencias negativas. La buena noticia también la comentábamos al principio, el ser humano tiene una gran capacidad de adaptación, los cambios asustan y a veces nos sentimos desorientados y sobrepasados, pero adaptando nuestros recursos y habilidades personales podemos también disfrutar de las ventajas que nos ofrece el teletrabajo. Es importante señalar que estos recursos y habilidades se ejercitan y entrenan.
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Esperamos que este artículo sirva de guía para superar de manera eficaz las dificultades que presenta el teletrabajo. No obstante, recuerda que los psicólogos/as podemos ayudarte a hacer este proceso de adaptación más sencillo y menos molesto, así que no dudes en contactar con nosotros si crees que lo necesitas.
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