Mindfulness es el ejercicio de aprendizaje y comprehensión de uno mismo. Es el viaje voluntario desde el mundo exterior hacia el interior más profundo, sin perder contacto con la realidad, pero sin distraerse con ella. Es la abstracción consciente en el universo más íntimo; la búsqueda del yo verdadero, en estado puro; la sintonía plena, sin interferencias externas, con las sensaciones que fluyen. Sensaciones auténticas.
Qué es y cómo se practica el mindfulness es algo que sólo podremos aprender si nos enseñan los psicólogos profesionales que hayan sido previamente formados y entrenados en este complejo ejercicio mental y anímico. El mindfulness, al igual que la resiliencia, es una palabra de moda. Pero, como sucede con muchas modas, se pronuncia a la ligera con frecuencia, sin conocer el verdadero significado del término.
El mindfulness es un ejercicio primordial para quien quiera vivir su vida con autenticidad. Siempre ha sido así, pero ahora es más necesario que nunca conocerlo, comprenderlo y saber ejercerlo para poder afrontar y sobrellevar los tiempos del Covid-19. Esta pandemia no sólo es vírica; se ha convertido en una pandemia de incertidumbres, que está dando lugar a una nueva percepción de la vida.
Mindfulness y resiliencia
Mindfulness y resiliencia son palabras de moda, hasta el punto de que el propio Gobierno las utiliza con frecuencia. Resiliencia forma parte del nombre del “Plan de Recuperación, Transformación (y Resiliencia)”, que el presidente Pedro Sánchez ha presentado el pasado 7 de octubre.
Mindfulness es un ejercicio mental muy necesario, que más de un ministro y ministra del Ejecutivo, y más de un político de la oposición, dicen en privado que practican, porque les ayuda en sus respectivas tareas.
Resiliencia es la capacidad de la persona para sobreponerse a las adversidades, sobre todo a aquellas contrariedades que tienen un tinte trágico o doloroso, como la pérdida de alguien querido. Es la facultad de superar una dificultad importante y de ahí su inclusión en el nombre del mencionado “Plan de Recuperación”, anunciado por Sánchez.
Resiliencia es también el eje central de un novedoso proyecto docente de I+D+i, financiado por el Ministerio de Educación para su aplicación en la Enseñanza Primaria.
Mindfulness es todo un proceso de redescubrimiento del yo íntimo sin perder contacto con la realidad circundante y sin dejarse distraer por ella. Es el acto de prestar atención de manera consciente a la experiencia del “aquí y ahora”, el momento presente, con interés, curiosidad y aceptación. En el ejercicio del mindfulness no se juzga nada; sólo se experimenta y se siente.
Mindfulness y meditación
Mindfulness y meditación son conceptos distintos. El primero (mindfulness) incluye al segundo (meditación). Mindfulness tampoco es religión. La práctica del mindfulness tiene por objeto mejorar la calidad de vida de las personas en unos términos muy concretos y de forma demostrable, dejando a un lado filosofías, creencias y religiones.
El mindfulness es la focalización de la atención en el momento presente. Su significado es plena consciencia. Concentrarse en lo que sucede en nosotros y en nuestro alrededor y saber renunciar al ruido y a las distracciones.
El mindfulness es una técnica milenaria. Pero fue el doctor Jon Kabat-Zinn y su equipo, en el año 1979, quienes comenzaron a utilizar el mindfulness de modo terapéutico, en la clínica de la reducción del estrés del Hospital de la Universidad de Massachusetts, en Estados Unidos. Diversas investigaciones científicas posteriores han demostrado que, al incluir el mindfulness en la rutina diaria, se consiguen importantes beneficios para la salud física y mental; para el autocontrol en los niños; para el desarrollo de la resiliencia y para la mejora en niveles objetivos de salud, niveles de concentración y memoria y para la mejora del dolor.
¿Cómo se practica el mindfulness?
Paciencia. Es recomendable encontrar un momento tranquilo para empezar practicando varios minutos al día, e ir ampliando en función de ir adquiriendo la rutina, hasta llegar al ritmo ideal de treinta minutos diarios. Hay que ser perseverante, no abandonar si no se notan cambios al principio, e intentar no avanzar demasiado rápido.
Ambiente relajado. Encontrar un espacio libre de ruidos y/o distracciones externas, con una temperatura adecuada y en el que la persona pueda sentirse a gusto: en un cuarto, en la oficina, en un parque al aire libre, en el jardín…
Ropa cómoda y colocarse en una postura también cómoda. Sentados en el suelo con la espalda recta, para no obstaculizar la respiración, o tumbado sobre una esterilla.
Respiración. Concentrase en cómo el aire entra por las fosas nasales hacia los pulmones; cómo nutre de oxígeno todo el cuerpo y cómo sale de nuevo por la nariz, llevándose con él todo lo malo y lo negativo.
Pensamientos y emociones. Que vayan surgiendo con toda libertad, Es imprescindible mantener una actitud neutral ante ellos, no juzgarlos como buenos o malos, simplemente percibirlos y observarlos de manera impersonal.
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