En la primera parte de este post, hablamos sobre dos formas de enlentecer la respiración, como primera pauta en caso de sentir dificultad para respirar, podéis acceder aquí:
En este post, vamos hablar sobre dos sesgos, el sesgo interpretativo y el sesgo atencional y de que forma, su conocimiento, nos puede ayudar a disminuir la ansiedad.
Estos sesgos pueden hacer que nos mantengamos en un alto nivel de activación, de manera constante. A continuación vemos cómo lo hacen.
El sesgo interpretativo o error interpretativo
El sesgo interpretativo o error interpretativo, se produce cuando interpretamos como amenazante, un estimulo que realmente no representa un peligro real para nosotros.
En el contexto actual, tenemos un problema con este sesgo. Ya que al no haber sintomatología, a priori, propia del COVID-19, existe gran dificultad para discriminar lo amenazante de lo no amenazante.
¿Es posible confundir la dificultad respiratoria por coronavirus con una respuesta de ansiedad?
El sesgo atencional
Es sesgo atencional, se da, cuando nuestro foco atencional, se centra exclusivamente en los estímulos que nos resultan amenazantes.
Así, focalizamos nuestra atención, en todo aquello que podría representar una amenaza e ignoramos información, que podría resultar tranquilizadora, contradecir la información amenazante o distraernos de dicha percepción.
La intima relación entre el sesgo atencional y el interpretativo
Ambos sesgos se relacionan entre sí, lo que suele conllevar a mantenerte en un estado de alerta constante.
La interpretación errónea de un síntoma como amenazante, junto con no tomar en consideración la información tranquilizadora, puede incrementar de forma permanente en el tiempo la activación emocional.
Esto puede conllevar que sintamos una sensación de ahogo constante, que cuanto más se pretende disminuir, más parece aumentar.
Ejercicio práctico utilizando el sesgo atencional
Sitúate en un lugar cómodo y tranquilo, observa donde esta tu atención en estos momentos.
Primera parte: Toma de conciencia atencional
Hazte la siguiente pregunta ¿Dónde esta mi atención, hacia dentro o hacia fuera?
Es decir, pregúntate si te estas fijando en el entorno, en lo que pasa a tu alrededor(hacia fuera), o te estas fijando en lo que ocurre en tu cuerpo, en algo que estas haciendo o pensando (hacia dentro).
Si la respuesta es hacia dentro, es decir, si te estas centrando en tu funcionamiento (tu fisiología, tu conducta, tus pensamientos) . Pregúntate ¿Dentro de mi funcionamiento en que me estoy fijando?
Si la respuesta es hacia fuera, es decir, te estas fijando en tu entorno, realiza la misma pregunta ¿Dónde estoy poniendo mi atención dentro de mi entorno?
Acabas de realizar una primera fase de toma de conciencia atencional. Acabas de diferenciar entre una parte propioceptiva (hacia dentro) y otra exteroceptiva (hacia fuera).
Si sientes amenaza, ahora quizás ya tienes alguna pista del estimulo o estimulos, que puede estar contribuyendo a ello.
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Segunda parte: Desplazamiento del foco atencional
Ahora ya sabes que tu atención esta concentrada en X estimulo, por ejemplo, siguiendo el hilo del post vamos a suponer que estas concentrado/a en tu respiración, en la opresión que sientes en el pecho (hacia dentro)
Ahora haz un pequeño experimento, necesitas un estimulo que requiera tu atención y que se ajuste a tu nivel de activación emocional.
Puede ser una película, libro, tocar un instrumento, hablar con alguien.
Una vez estas realizando esta actividad, tu atención te va a pedir regresar al estimulo previo X, es como si tu sistema de alerta se preguntase ¿Qué haces viendo una película, si tendrías que estar luchando por sobrevivir?
Por eso, es muy probable, que no puedas ver esa película como te gustaría y tu atención regrese a la respiración y los pensamientos/emociones amenazantes.
La sintomatología va a continuar, la vas a sentir, sin embargo, si la atención fluctúa entre el argumento de la película que estas viendo y la sintomatología que te atormenta, el nivel de activación no será el mismo.
Si relizas este cambio del foco atencional, con todas aquellas cosas que te apetezca hacer, como hablar con tu pareja o amigos, tocar música o hacer deporte en casa. Puedes empezar a notar como tu nivel de activación disminuye.
Ejercicio práctico utilizando el sesgo interpretativo
Cambiar el foco de la atención, puede reducir la activación, sin embargo, hay otro elemento muy importante.
Hazte esta pregunta ¿Que ocurre cuando me siento mal, pero no lo percibo como amenaza?
Cuando nos sentimos mal, pero no percibimos amenaza en ello, convivimos con el malestar, sin luchar por destruirlo, lo que paradójicamente reduce el malestar.
Si tras una comida abundante te notas hinchado/a y te duele la barriga, es muy probable que digas, ok, es normal, con lo que he comido, que quiero, que no me duela…
Por ello convivir con el síntoma como si fuese un estímulo más y no una amenaza, contribuye a reducir la activación emocional.
Es decir, al tiempo que no te concentras únicamente en el síntoma amenazante (sesgo atencional), asumes que este va a continuar acompañándote por un tiempo y es un sintoma normal (sesgo interpretativo) con lo cual esto contribuye a largo plazo a que todavía te fijes menos en tal síntoma.
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