Estoy estancado/a, camino en círculos, haciendo y repitiendo lo mismo, una y otra vez, una y otra vez…
Si te sientes identificado/a con el pensamiento de arriba, quizás lleves mucho tiempo, poniendo en marcha determinadas soluciones (suelen ser las mismas una y otra vez) ante un problema o conjunto de problemas.
No funcionan, pero insistes, como una suerte de “cabezonería”…
Se trata de una especie de recreación de la película “Atrapado en el tiempo”, más conocida como «El día de la marmota».
Si cada día te levantas, y se repite la repite la misma historia, puede ser interesante dirigir la mirada hacia un concepto denominado, flexibilidad psicológica.
¿Quieres ampliar horizontes y dejar de ver a la marmota?… te invito a acompañarme.
¿Qué vas a hacer con los pensamientos y sentimientos difíciles?
Hace unos días estaba viendo el video que te voy a enlazar a continuación, en la que el compañero de profesión; Steve Hayes, psicólogo clínico y profesor de la universidad de Nevada, nos habla de un concepto clave, la flexibilidad psicológica.
La conferencia de Steve, comienza con esta pregunta, una gran pregunta:
¿Qué vas a hacer con los pensamientos y sentimientos difíciles?
Parece una pregunta más, pero no es una pregunta cualquiera, no lo es, definitivamente.
A partir de las diferentes respuestas a esa pregunta, a lo largo de nuestra vida, van a aparecer diferentes hábitos y de esos hábitos, van a desprenderse como las gotas de una estalactita trayectorias de vida. Que gota a gota consolidan una forma de actuar.
Ahora estás pensando cosas, puede que te hayas parado unos momentos a pensar en que trayectoria de vida estas siguiendo o puede que no.
Ahora mismo estoy pensando que voy a bajar a cenar justo cuando termine este post, que hambre…
Nuestra mente se vuelve continuamente “habladora”, pensamientos como el que os acabo de compartir surgen continuamente en nuestra conciencia. A veces nos gustan, a veces son neutros, otras nos molestan.
El funcionamiento de nuestra mente
La mente humana ha evolucionado durante años para resolver problemas y así evitar que nos puedan causar posibles daños en un futuro, es nuestra versión analítica, una versión con una cara dulce y otra amarga.
Su cara dulce se traduce en resolución efectiva de problemas, creatividad, sueños que cumplir.
La cara amarga representa las preocupaciones por el futuro, esas que dan vueltas en la cabeza y parecen crecer y crecer a medida que se desarrollan.
Cuando estas en ese momento en que tu mente te asalta, empiezas a pensar que harás con ese problema. Notas el sudor en tu frente, te pones tenso/a y los pensamientos se agitan como un loro chillón que reclama tu atención.
Se repite la pregunta ¿Qué vas a hacer con los pensamientos y sentimientos difíciles?
Flexibilidad psicológica
La respuesta a esa pregunta depende en gran parte de otro concepto, la flexibilidad psicológica.
Al igual que se puede entrenar la flexibilidad muscular se puede entrenar la flexibilidad psicológica.
Es decir, la respuesta a esa pregunta ¿Qué vas a hacer? Será tan rica en alternativas, como lo entrenada que este tu mente para buscar diferentes marcos de acción ante una situación.
Hemos llegado al final por ahora…, en una segunda parte de este post, veremos algunos pasos para comenzar a entrenar nuestra flexibilidad psicológica, como siempre, estaré encantado de responder cualquier pregunta o escuchar sugerencias aquí abajo en los comentarios.
Me ha gustado mucho el post. Tienes la segunda parte?
Hola Patri,
Muchas gracias, me alegra que te haya gustado el post. Por el momento no esta disponible la segunda parte, espero escribirla pronto.
Un abrazo