Quiero hablar de la frustración, y como esta ha de ser afrontada desde que somos pequeños aprendiendo a gestionarla de forma adecuada cuando aparece.
Pensemos en un niño que no consigue algo que quiere, ¿cómo reaccionará? unas veces optará por dar golpes, otras llorará, tendrá una rabieta, se irá solo a un rincón. De la misma forma, cada uno de nosotros hemos aprendido a gestionar nuestra frustración… ¿cuál es la tuya?
Frustrarse es algo normal en la vida de una persona y no significa que sea malo, el sentir que hemos fracasado, esto también es signo de que lo intentamos.
Más de 7 verdades que hacen que la vida valga la pena
¿Qué es la frustración? ¿Cuáles son sus causas?
Es una respuesta o reacción emocional que surge cuando no podemos alcanzar algo que queremos, bien por causas internas o externas.
- Internas, cuando no logramos alcanzar nuestros objetivos personales bien porque no son realistas, no disponemos de recursos necesarios o son contrapuestos unos con otros.
- Externas, cuando el impedimento para alcanzar lo que se desea es debido a algo externo a la persona como un imprevisto, un cambio,…
¿Cómo se manifiesta?
Cuando nos frustramos, se bloquea la realización de una conducta que estaba dirigida a un objetivo concreto y reaccionamos ante ello, moviéndonos a lo largo de un continuo entre la pasividad y la agresividad.
Tolerancia a la frustración
La frustración se acumula, lo que genera un nivel de tolerancia a la misma el cual es muy distinto de una persona a otra.
Está claro que cuando se alinean los planetas y la ley de Murphy se alarga en el tiempo, la sensación no es para nada placentera pero ¿es ajustada a las circunstancias?
Hay veces que el problema no es la emoción en sí, sino que no estoy dispuesto a sentirme frustrado reaccionando de alguna manera, en contra de lo que ha ocurrido.
¿Qué aprendemos cuando nos frustramos?
La frustración también nos trae la sensación de fracaso, de impotencia, de rabia, de indefensión,…todo un caldo de cultivo que mantenido en el tiempo puede dar lugar a evitar nuevos retos o a no proseguir en nuestros intentos
Cuando nos frustramos aprendemos o aceptamos que lo he intentado, no puedo conseguirlo todo, tengo unos límites, las cosas no pueden ser siempre como yo quiero, he de replantearme el objetivo…
La frustración no es algo malo, piensa cuando estás contento por algo como por ejemplo haber aprobado un examen o recibir cualquier buena noticia, la alegría de ese momento no la amplias con la misma intensidad durante los días o semanas posteriores.
De la misma forma, las emociones a las que nos resistimos (tristeza, rabia, pesimismo,…) hemos de darles una duración y una intensidad apropiada, es decir, dedicarles su tiempo.
Ya he dicho alguna vez, que sentir las emociones es signo de no ser rocas en la montaña, pero no querer sentirlas es ponerse un escudo que no nos protege sino que nos hace más débiles.
0 comentarios