Como final de la trilogía sobre manipulación, vamos a ver cómo saber si soy víctima manipulación . Los anteriores post han sido:
El manipulador es una persona que tiene un intenso temor a los otros, por esto no es de extrañar que tenga numerosas tensiones y especialmente por el temor de perder el control de la situación. De una forma específica, hay que destacar en las personas manipuladas un fortalecimiento de los sentimientos de desconfianza, del deseo de venganza, así como un fortalecimiento de su propia pasividad.
Consecuencias de la manipulación
Las consecuencias más nefastas se sitúan en el plano de la calidad de las relaciones humanas con los otros y en la gran pérdida de energía psicológica y física.
En las relaciones con los demás nadie se sorprenderá de la pérdida de capacidad de comunicación, en particular del verdadero diálogo, a la cabeza de estas consecuencias, a las que se añade, por lo general, una pérdida de su propia estima.
La manipulación es también una gran devoradora de energía psicológica. Podemos pensar en los esfuerzos de memoria que debe hacer el manipulador para no ser cogido en falta, ni descubierto en sus estratagemas, ya que la mayoría de sus relaciones las basa en una simple y llana artificialidad.
El comportamiento manipulador se nos representa como una armadura muy pesada de llevar, lo que obliga a la persona también a soportar una pérdida de energía puramente física como por ejemplo la gran serie de tensiones que soporta cualquier persona que no se atreve a mostrarse tal como es, que no se atreve a ser ella misma.
Es cosa de dos…
Aunque a veces parezca increíble alguien no puede manipular si el otro no hace de víctima.
Es importante que nos demos cuenta de que la manipulación es algo parecido a un juego. De hecho todos sabemos manipular, y si no fijaos; cuando éramos pequeños casi siempre estábamos manipulando, cuando llorábamos estábamos pidiendo que nos atendieran, cuando hacíamos una trastada, o montábamos una rabieta estábamos haciendo lo mismo, llamar la atención de nuestros mayores.
Decimos que la manipulación es un juego porque, como sabéis, para jugar a la mayoría de las es necesario contar como mínimo con dos personas. Pues bien, para manipular, también se necesitan dos personas: uno que manipula y otro que se deja manipular.
Estos algunos de los anzuelos con los que nos enganchan los manipuladores:
- El miedo
- La obligación
“un buen hijo no discute con su padre
“Todo el día trabajando y llego a casa y no me tratáis como merezco”
- La culpa: a veces puede tener un origen real, pero el manipulador no nos dejará olvidara
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Estas son algunas características que te hacen vulnerable a los manipuladores:
- Mucha necesidad de aprobación
- Mucho miedo a la cólera
- Mucha necesidad de que haya paz al precio que sea
- Tendencia a asumir mucha responsabilidad sobre otros, ir de Salvador
- Alto nivel de dudas sobre ti mismo.
En resumen: El agresivo cree «Sólo yo importo «, el tímido cree «Yo no importo «, el asertivo cree » Tanto yo como tú importamos».
Todos hemos aprendido maneras de hacer frente a nuestro entorno y a las personas que encontramos.
De niños es posible que hayamos aprendido que para salir adelante debíamos adoptar una actitud reconciliadora y mantener la paz a toda costa. o, es posible que hayamos aprendido que, si no nos hacíamos el «fuerte», nadie nos haría caso.A unos pocos afortunados se les ha estimulado a expresarse, y por consiguiente han sido tratados con respeto.
Sin embargo, en nuestra vida como adultos no estamos condenados a seguir utilizando los recursos que adoptamos en nuestra infancia para hacer frente a las situaciones.
Todos disponemos de la capacidad para cambiar, si optamos por ello. El elemento crucial implicado en el cambio eres tú. Para abandonar estos comportamientos negativos y destructivos, el camino es la asertividad.
Espero que conocer cuáles son los tipos de manipuladores, el perfil del manipulador y las consecuencias de la manipulación te sirva para cómo saber si soy victima de manipulación o si eres una persona manipuladora.
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