Presentamos la continuación del anterior post micromanipulación: una forma de violencia psicológica.
En el post de hoy explicamos cómo combatir Las micromanipulaciones
¿Cómo detectarlas?
Ahora toca saber cómo detectar y combatir este fenómeno con el objetivo de no caer en la trampa de las personas que las utilizan, y para poder hacerlo, el primer paso es identificar los indicios de que nos estamos relacionando con una persona que puede estar empleando las micromanipulaciones, y algunos de ellos son:
– La persona demanda excesiva admiración por nuestra parte. Busca que le estemos agradecidos en todo momento y que deseemos ser como él/ella.
– Cuando nos sentimos aislados de repente, dejando de tener nuestro propio espacio personal y de compartir con otras personas (excepto con quien nos manipula).
– Cuando sentimos miedo de que nos menosprecien, nos humillen y de que la otra persona se enfade con nosotros.
– Cuando nos sentimos desvalorados porque la otra persona solamente se dirije a nosotros con descalificaciones y comentarios negativos.
– La persona solamente mira por ella misma, sin tener en cuenta los sentimientos y deseos de los demás.
– No se dejan llevar por los sentimientos ni les preocupa comportarse de acuerdo a las normas éticas, es decir, no les importa que tengamos que hacer algo con lo que no estamos de acuerdo, siempre que sea lo que ellos deseen.
– Cuando no consiguen manipular a la otra persona, muchas veces se adentran en un rol de víctima, para así intentar conmover y convencer.
Si observamos algún indicio de que nos están intentando manipular, o de que ya lo han conseguido, lo mejor que podemos hacer no es seguir en la misma situación, sino enfrentarnos a lo que ocurre y ponerle fin para poder ser libres y sentirnos bien con nosotros mismos.
¿Cómo actuar ante las micromanipulaciones?
Trabaja tus emociones
Es importante reconocer nuestras emociones y aprender a manejarlas, ya que una persona débil emocionalmente es el blanco perfecto para una persona manipuladora, porque sus argumentos se basan en frases como “no te cuesta nada”, “pensaba que podía contar contigo”, y expresiones similares. Por lo tanto, si tú puedes identificar cómo te sientes y actuar de manera congruente a ello, no caerás en la culpa o el miedo.
Pon límites sin culpa
Es importante poner en práctica el autoconocimiento y el respeto por uno mismo para aprender a poner límites a aquello que no queremos o que no nos corresponde, ya que las personas manipuladoras recurren a la culpabilidad para conseguir lo que quieren.
Aunque nos sintamos culpables por algo que hechos hecho mal, no podemos dejar que esa culpa esté presente hasta el fin de nuestros días, por lo tanto, debes ser consecuente con lo que deseas y lo que no.
Expresa con firmeza, serenidad y confianza
Expresa tu idea de forma clara y sencilla, aunque reconozcas que las ideas de la otra persona son válidas, para que le resulte más difícil “sacarle punta” a alguno de tus argumentos. Trata de dejar claro lo que piensas y lo que vas a hacer, porque la mayor parte de las veces, la persona que quiere manipular intentará persudiarte de lo contrario, sin embargo, no hay que dejar lugar a dudas ni mostrar indicios de que si insiste, caerás en su trampa. Por ello, es conveniente hablar con seguridad tanto verbal como corporalmente (mediante posturas y gestos).
Siéntete libre para negarte
Para las personas es muy fácil decir “sí” y dejar de lado aquello que en realidad queremos hacer, para hacer lo que nos piden. Pregúntate qué quieres y qué no quieres, y si lo que te pide no es lo que tú quieres, díselo sin que te tiemble la voz, porque nada ni nadie puede ni debe obligarte a hacer algo que no quieres.
Y por supuesto… intenta minimizar tu relación con esa persona todo lo posible
Emplea expresiones cortas y tajantes, sin explicaciones, como: “sí”, “no”, “entiendo”, ya que estas respuestas dificultan a la otra persona iniciar una conversación u obtener la información que les interesa, y dado que las personas que utilizan micromanipulaciones son expertas en dar la vuelta a todo, lo mejor es no dar demasiadas explicaciones.
Incluso si te es posible, aléjate de él/ella, porque hay personas que en lugar de aprender a brillar con luz propia, prefieren apagar la luz de los demás, y tú no debes permitir que nadie te apague.
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