La autoestima es algo que hay que crear pero también mantener, exigiendo un cuidado continuo por parte de la persona.
La autoestima tiene que ver con aquello que nos queremos, que nos valoramos y, como he dicho en algún otro artículo, está muy relacionada con nuestro autoconcepto, que hace referencia a lo que creemos de nosotros mismos.
Lo que creemos que somos y lo que nos queremos tiene ver, en parte, con aquello que hacemos por lo que son muchas las áreas a tener en cuenta.
Imaginaros que tenemos un trabajo estupendo, pero nuestra relación de pareja está mal, no me hablo con mis padres, no me relaciono socialmente y el ocio no forma parte de mi vida. El área laboral está bien, me siento satisfecho en mi puesto de trabajo pero
¿no estar satisfecho en el resto de áreas puede afectar a mi autoestima y a mi autoconcepto?
- La misma situación anterior puede ocasionar que nos volquemos en el trabajo como evasión por la insatisfacción en las otras áreas, si no estoy bien en casa, si no tengo una vida social activa, si no realizo actividades de ocio y tiempo libre prefiero estar en la oficina.
- Todo esto ocasiona que se desarrolle una sola faceta de uno mismo, en este caso, la profesional lo cual puede dar lugar a etiquetas personales del siguiente tipo: “Soy muy trabajador”, “hago bien mi trabajo”, “lo que mejor se me da es trabajar”, “donde mejor estoy es en el trabajo”.
- De la misma forma cuando algo va mal en el trabajo se corre el riesgo de encontrarse desubicado, frustrado, desesperanzado y además, al no encontrar otras áreas de apoyo, el afrontamiento se hace más duro.
Pues bien, nuestro nivel de autoestima puede ser medido de la siguiente forma. Imaginar una pirámide hexagonal en la que cada uno de sus lados representa diferentes áreas de la persona, siendo todas necesarias y determinantes para poder ser completamente una pirámide. Las diferentes áreas pueden ser las siguientes:
Familia/ Hogar
Relación sentimental/Relaciones sociales
Trabajo/Economía
Formación académica
Salud física-psíquica /Aspecto físico
Ocio y tiempo libre
En cada una de esas áreas se desarrolla una faceta de la persona, por ejemplo, como miembros de una familia desarrollaremos la faceta de hijo, padre, madre, hermano pero también en otras se desarrollará la faceta de pareja, amigo, compañero de trabajo y trabajador.
Determinar el grado de prioridad y valorar la satisfacción en cada una de esas áreas puede ofrecerte una visión global sobre tu autoestima y decidir por donde comenzar a actuar.
Esto no significa que una vez hecha la pirámide todo está terminado, es posible que el pegamento utilizado para pegar las pestañas, al cabo de un tiempo, de problemas y haya que revisarlo…de la misma forma puede pasar con las áreas de la persona.
Las diferentes facetas estimulan el autoconocimiento de uno mismo, necesario para forjar un autoconcepto saludable que permita conservar la autoestima
La autoestima es ser consciente de que todos somos dignos de respeto, empezando por respetarse su propia dignidad: no torturarse, no dejarse vilipendiar ni maltratar, que no nos falten a la hora de tener los derechos.
Ahora bien, el efecto, la consecuencia de un exceso de autoestima, es la autocompasión, el auto complacencia, que nos lleva de vuelta a la ausencia de autoestima. Ya que esas actitudes egoístas, del ego, del ‘yo’, nos traen el dolor.