Cuando nuestro hijo cumple 12-13 años (a veces un poco antes), los cambios madurativos propios de la pubertad dan inicio a algo que estaba latente durante toda la etapa del desarrollo anterior. La adolescencia se caracteriza, entre otras cosas, por el inicio de la pulsión sexual en la persona. Vamos a hablar sobre sexo adolescente.
Este artículo va dirigido a aquellos padres que conciben esta etapa como un problema, pues se sienten incómodos al tratar este aspecto (que debería vivirse como algo natural del ser humano, como una necesidad básica al fin y al cabo), pues arrastran quizás una educación más restrictiva en este sentido o tildada de tabúes y tradicionalismos, como el concepto de “virginidad hasta el matrimonio” o “la honra”.
¿Cómo enfocar la educación sexual de nuestro hijo sin que ello suponga un conflicto para nosotros y para él?
ACLARACIONES PREVIAS
- 1 Los adolescentes, lo primero que sienten hacia el sexo es pura CURIOSIDAD.
Se plantean cuestiones nuevas para ellos, debido a las sensaciones que experimentan en su cuerpo ¿Qué se siente al practicar el sexo? ¿Duele? ¿Por qué tengo el impulso de proporcionarme placer?
Todos estos interrogantes rondan la cabeza del adolescente en las primeras etapas del desarrollo sexual y la falta de respuesta sólo puede llevarle a que siga manteniendo falsas expectativas. Los adolescentes acuden a su grupo de referencia (los amigos) para solucionar sus problemas. Como es lógico, sus compañeros tienen la misma inexperiencia (o similar) que nuestro hijo, por lo que un paso necesario a dar por los padres es hablar abiertamente con él y aclarar conceptos erróneos y dudas que pueda albergar (aunque nos sintamos incómodos al hacerlo).
- 2 En el colegio y el instituto (por lo menos en los públicos) reciben formación y prevención de los riesgos asociados al sexo, como pueden ser los embarazos no deseados y las enfermedades de transmisión sexual (ETS). Por otro lado se trabajan, en dichos talleres, mitos y creencias asociadas al sexo y la presión de grupo.
Es decir, los programas de educación sexual están en marcha desde hace años en los centros educativos, con lo que los adolescentes de hoy conocen (o deberían conocer) a qué se exponen si no practican el sexo seguro. Si a eso le añadimos una educación desde el ámbito familiar, se completa la prevención.
MIEDOS Y EXPECTATIVAS DE LOS PADRES
Mi hijo es muy “pequeño”, no está preparado para practicar sexo con otra persona o creo que es muy pronto.
¿Cuál es la edad o el momento en el que lo estará? Imposible saberlo.
No es una cuestión de edad, más bien de madurez. Pues las primeras experiencias sexuales suelen ser algo frustrante (debido a la falta de práctica y al desconocimiento), con el tiempo aprendemos a disfrutar de aquello que nuestro cuerpo nos ofrece. Es más importante que comprenda que tiene que ser una elección suya (no fruto de presiones externas o de amigos), pues si lo ha elegido libremente se sentirá mejor consigo mismo. Y será más consciente de lo que está haciendo y por qué.
– Mi hija se puede quedar embarazada, mi hijo puede dejar embarazada a una chica, o puede contraer una ETS.
¿Podemos como padres evitar esto? Sí.
El uso del preservativo reduce el riesgo en este sentido. Inculcar este hábito en la conducta sexual de nuestro hijo es importante.
– Quiero que mi hijo espere hasta encontrar la persona “adecuada”
¿Existe dicha persona? Cuántos matrimonios fracasan y parejas que se rompen (y parecían ¡tan compatibles!)
Lo que hay que explicarle a nuestro hijo es que realizar el acto sexual con alguien que realmente le guste y viceversa, puede ser una de las experiencias más satisfactorias que hay. Y es una decisión que tiene que nacer de la propia libertad individual, pues si se realiza por otros motivos (por presión, por obligación o porque piensa que “tiene que hacerlo ya”) el resultado no será tan positivo como espera.
Entonces, ¿cómo afronto la educación sexual de mi hijo?
La educación sexual debe apoyarse sobre 3 pilares fundamentales: información, prevención y comunicación
- Información acerca de la sexualidad.
- Prevención de riesgos asociados a la conducta sexual.
- Comunicación abierta con nuestro hijo.
ASPECTOS DE LA ADOLESCENCIA QUE TODO PADRE DEBERÍA CONOCER
Pensamiento_ “A MÍ NO ME PASARÁ”: una característica común en los adolescentes es ignorar los riesgos que conlleva una conducta (sexual o no). Los programas de prevención se centran en desmitificar esta fantasía.
Generalización_ “TODO EL MUNDO LO HACE”: el adolescente teme ser el “raro”, el “diferente”. Si la mayoría de sus amigos dice que ya ha practicado sexo, le entrará más prisa aún por experimentar lo que ya han vivido los demás. Por ello es tan sensible a la presión de grupo y los padres podemos ayudar a que la afronte poniendo en práctica su conducta asertiva.
Falsa creencia en chicos_ “CUANTO ANTES PRACTIQUE EL SEXO MÁS ME ADMIRARÁN”: los chicos adolescentes utilizan los aspectos sexuales para compararse y posicionarse en un grupo. Una educación en valores puede ayudar a contrarrestar esta escala.
Falsa creencia en chicas_ “SI EL CHICO QUIERE SEXO CONMIGO ES PORQUE ESTÁ ENAMORADO DE MÍ”: los hombres tienen (por lo general) más facilidad para disociar sexo de sentimiento. Hasta que las mujeres aprendemos esta norma no escrita tendemos a sufrir más ante relaciones esporádicas. Aunque hoy día la mujer puede mostrar una conducta más “masculinizada” en el tema sexual, en el aspecto de separar sexo de emoción, todavía existen diferencias de género. Conocer tales diferencias es una ventaja que proporcionará a nuestra hija herramientas de afrontamiento.
UNOS CONSEJOS FINALES…
- 1 Tened claro que vuestros deseos como padres no tienen por que coincidir con los de vuestro hijo y eso no es malo, sino que os da el punto desde el cual partís. Intentad acercar posturas y abrid vuestra mente para comprender qué quiere y espera vuestro hijo de la experiencia sexual.
- 2 El contexto en el cual se desarrollaron vuestras primeras experiencias sexuales seguramente es totalmente distinto al de vuestro hijo.
Los adolescentes del siglo XXI están mucho más informados en el tema sexual que hace 30 o 40 años. En los medios se habla de sexo “sin tapujos”, los contenidos de corte sexual se han ido volviendo más explícitos y aquellos desconcertantes “rombos” de nuestra infancia y juventud han pasado a la historia. Todo ello provoca que la conducta sexual sea menos inhibida y se conciba con más naturalidad para los jóvenes de hoy.
- 3 Por mucho que queramos que nuestro hijo se comporte de una determinada manera, en su ambiente hará lo que crea conveniente (¿no lo hicisteis vosotros?). No podemos traspasarle nuestra experiencia personal como si de un pen drive se tratara (ojalá!), pero sí podemos advertirle sin artificios y de manera constructiva sobre las cosas que le pueden ocurrir. Por eso, lo mejor es trabajar los aspectos mencionados, en casa, a través de la comunicación y el diálogo sincero, rompiendo tabúes que sólo nos llevarán al desconocimiento de la vida de nuestro hijo. Pensad que si le pasara algo negativo querríais enteraos para ofrecerle vuestra ayuda, y ese es el mensaje que tiene que calar en él. Si queréis que vuestro hijo acuda a vosotros, enterrad viejos prejuicios y transmitidle que puede confiar y contar con vosotros si tuviera algún problema.
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