Aprendiendo a distinguir las agresiones
No te será difícil diferenciar entre:
- La violencia psíquica, los actos que van dirigidos a destruir tu autoestima o a que te aísles tú misma de las personas que te rodean. Por ejemplo, comentarios degradantes, amenazas, humillaciones delante de otras personas, destruirte objetos que para ti tienen un valor sentimental, actos de poseerte o de controlarte… Suelen ser el primer paso que avisa de los malos tratos físicos.
- La violencia física, cualquier acto que te produzca daño en tu cuerpo, por ejemplo, bofetadas, golpes…
- La violencia sexual, cuando te imponen una relación con tu cuerpo que tú no quieres por cualquier motivo, por ejemplo, un beso forzado, un tocamiento cuando tú no querías…
Para que te sea fácil distinguir si una relación es agresión sexual o no, te puedes fijar en algunos indicadores como éstos:
- Cuando una persona toca tu cuerpo sin tu consentimiento.
- Cuando tú has aceptado una relación con otra persona, pero ella se pasa del grado de relación que tú quieres tener.
- Cuando una persona convierte una relación que en principio es correcta en agresión, por la intencionalidad, el tono, el poder o la fuerza
- Cuando se insinúan o relacionan contigo a través de gestos que tú no deseas.
- Cuando alguien interpreta que un juego de seducción es una justificación, para llegar a tu cuerpo sin que tú quieras.
¿Dónde suele suceder?
En la calle, hay diversos tipos de sobones: Los que te piropean por la calle con los ojos salidos de deseo. Los que te soban y toquetean en cuanto pueden. Los que ligan sólo para su rollo. Los que, bajo revisiones médicas, psicológicas y familiares, te manosean sólo para su placer. Pero, todos ellos, para ti… ¡son agresores!
No permitas que te desnuden con la mirada, que te agredan con la palabra o que toquen tu cuerpo cuando tú no quieres. Plántate. Frénales con tu mirada. Con tus palabras. Actúa con firmeza. No te avergüences y ten valor para que se avergüencen ellos. Busca la complicidad de tus amigas o de las personas que te rodean.
Algunos aprovechan los autobuses, el metro, las fiestas y las aglomeraciones, para «meter mano». Reacciona y responde a la situación concreta, de forma que tú no salgas perdiendo y ellos aprendan para otra ocasión.
Tienes derecho a bañarte desnuda en una playa, si te gusta, a usar minifalda, a no llevar sujetador. Y ellos, no tienen derecho a meterse contigo. Tú no les provocas, les provoca el mal rollo que tienen en su coco.
Si eres simpática, arrolladora, atractiva y ellos, lo viven como una provocación, no te cortes. Es su problema.
A veces hay que parar los pies a los propios compañeros, a los amigos, cuando vas de marcha un sábado, en una fiesta, un fin de semana. Vas a pasar un rato agradable, a divertirte, a estar entre personas de tu confianza… pero, si se pasan, tienes que defenderte y mostrarles tu desagrado y rechazo.
¿Qué hacer si has sido agredida?
No creas que la agresión que te acaban de hacer es normal, porque es habitual. No ocultes la agresión recibida. Nunca te autoculpabilices. Denuncia la agresión, ante tu familia, el Centro escolar, el Centro médico o lugar que veáis más conveniente según cada caso.
¿Qué hacer cuando otra chica te cuente que ha sido agredida?
Escuchar con respeto a la compañera agredida. No desconfiar de ella, de entrada, ni negar la agresión que nos esté contando o pensar que son fantasías. Desculpabilizarle de la agresión recibida. Ella no ha quedado manchada, quien es indigno es quien le agredió. Comprometerte y ayudarle a vivir esta negativa experiencia y no pensar que ya le ayudarán otras personas. Exigir responsabilidades a quien le agredió, que reconozca el daño causado y que asuma las consecuencias que se sigan. No seguir conviviendo con el agresor como si nada hubiera sucedido. Plantear el distanciamiento del agresor.
¿Qué hacer para prevenir las agresiones?
Critica y denuncia siempre que puedas, las continuas agresiones sexuales que aparecen en la tele, en las revistas, en la pornografía, como si fuera algo normal. No rías las gracias de los chicos u hombres que confunden las «bromas» con las «agresiones» y el «sentido del humor» con la «actitud sexista», les ayudarás con ello a que traten con respeto al cuerpo de todas las mujeres.
En resumen, el conocimiento de que todas estas agresiones suceden todavía en tu entorno social, no te debe llevar a vivir asustada o con miedos, si no a:
Aprender a distinguir, entre la caricia y el manoseo, el humor y la agresión, la realización de tus deseos y el sentirte forzada a satisfacer deseos ajenos…
Saber defenderte en cada caso, con entereza, inteligencia, habilidad…
Ser firme en la denuncia pública de toda agresión. Solidarizarte con las demás mujeres en la lucha constante por eliminar cualquier agresión, por pequeña que parezca.
No privarte de salir a la calle, cuando tú realmente lo desees, eligiendo las circunstancias (lugares, horas…) que más te favorezcan.
¡¡Y recuerda!!, si lo necesitas, llama al teléfono 900 200 999, a cualquier hora del día o de la noche. Es gratuito.
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