A lo largo del mes de febrero aprovechando que es el «mes del amor» y que San Valentín hará el agosto en breve, quiero hablar como no, del amor entre personas que se quieren…da igual su sexo.
La homosexualidad hoy no es algo tabú o por lo menos yo quiero pensarlo así, a quienes les gustan las personas de su mismo sexo no son depravados o seres inmorales son PERSONAS COMO TU Y COMO YO.
Para empezar a hablar de todo esto le he pedido a un gran amigo que comparta su historia, sé que él no lo pasó bien pero nadie ni nada consiguió que se sintiera mal por sentir lo que sentía. Miles de gracias Israel Romero por compartir tu historia y permitirnos ser altavoz de ella…te quiero mucho amigo.
Al principio sentir no me daba miedo
En mi caso la homosexualidad y sentirla no fue algo que de repente afloró con la pubertad ni tampoco sucedió en una noche de borrachera, fue totalmente concebida de manera natural. Desde pequeño sentía gran atención, adoración y atracción por la figura masculina pero no me asustaba ni era consciente de lo que sentía además no imaginaba lo que realmente significaba.
Cuando crecí me di cuenta que lo que yo sentía de pequeño era peligroso y empecé a entender el movimiento de la sociedad, lo que está bien o está mal pero en ningún momento me acobardé ni tuve miedo que le pareciera mal a la gente sentirme atraído sexualmente por un hombre. Me decía a mí mismo, “no es nada malo sentir esos nervios y mariposas en el estómago, eso son cosas bonitas”, “me debería de dar más miedo sentir lo contrario por otra persona incluso de llegar a matarla”
Evidentemente, las primeras veces que me sentía atraído por un hombre era como las hemorroides, lo sufría en silencio pero tampoco me agradaba la idea de acatar órdenes de sotana con olor a incienso de misa de 8, ni de la persona más coherente del mundo sobre lo que parece que está bien o está mal…porque a día de hoy sentir cosas bonitas y especiales por alguien no me parece ni malo para nosotros mismos ni para la sociedad.
Era un secreto a voces…
Bien es cierto que mi entorno no lo sabía pero lo veía venir. El tema no se tocaba por tener la fiesta en paz y la última palabra realmente la tenía yo y cuando llegara el momento ya se vería y se aclararían las cosas, pero hasta que llegó ese momento seguía sin entender porque no se podía hablar sobre que una persona se sintiera atraída por alguien de su mismo sexo. Mientras tanto me seguía manteniendo en pie en cuanto a las críticas y duras palabras de la gente que me tocaba en clase incluidos profesores… (claro, que así va cultura en este país pero eso ya es otro tema) o la gente de la calle que yo ni conocía…
Poco a poco veía lo que iba a cambiar mi vida si tomaba la decisión de “salir del armario” y es donde nacían los miedos, las dudas y el agobio de la situación que tenía en ese momento, de ser alguien que no soy con el que no era feliz maquillando una realidad a la que algún día tendría que enfrentarme. Además, la incomprensión de la sociedad y la impotencia de casi verme obligado a acatar ideas de poca moral y que carecían de razón por alguien que va dentro de una sotana.
Me sentía decepcionado por la poca personalidad de las masas que siguiendo las palabras como borregos en redil de gente que se declara siervo de “dios” que a mi opinión, son personas como nosotros mismos creados con el mismo defecto entonces… ¿por qué he de hacer caso de una persona que dice que habla con dios y que encima dios lo creó imperfecto?,¿no será que ese defecto será que necesitan sentirse líderes y sentir el poder de masas acatando sus propias leyes de poca moral?
Como os dais cuenta me dio tiempo para meditar muy bien sobre mí mismo y sobre lo que sentía hacia los hombres y querer entender porque no está bien visto que dos personas del mismo sexo puedan quererse.
Madre no hay más que una
El momento de decidirme a dar el paso llegó a mis 17 años lo que se veía venir era cada vez más evidente y contando con la suerte y comprensión de una madre que juegan un papel fundamental y a una madre no se le puede esconder nada porque lo saben incluso antes de que tú lo sepas.
Cuando decidí “salir del armario o liberarme” me pasaba que no encontraba el momento idóneo y la adrenalina del momento de riesgo de sentir tocar la libertad con la punta de los dedos era una sensación que ponía los pelos de punta y había que armarse de valor y mi madre empezó a notar en mí que había algo que tenía que sacar fuera y una noche aprovechó al darme las buenas noches para sacarme el tema y preguntarme si había llegado el momento o si había empezado a sentir algo por alguna persona incluso de mí mismo sexo (textualmente me dijo: «¿te gustan los hombres o las mujeres? Si te gustaran los hombres yo voy a seguir siendo tu madre y te voy aceptar y querer tal como eres a independencia del mundo, del resto de la familia o de tus amigos/as»)
Fue tal sorpresa que se convirtió totalmente en un imprevisto que no esperaba y no pude mediar palabra de la risa que me entró de los nervios (aun me rio cuando me acuerdo) y mi madre esperando respuesta percibió que estaba totalmente nervioso y que me daba miedo dar una respuesta. Ella quiso darme tregua diciendo que no tenía porque responder en ese momento que podría hacerlo más adelante pero que no tuviera ningún miedo ni en sentirlo ni en decirlo.
Continuará…
Mi consejo, desde el punto de vista que he pasado por todo lo que cuentas en tu artículo, es tratar el tema desde la naturalidad y normalidad. Desgraciadamente, la religión en estos temas solo entorpece, y mucha gente de la sociedad aún no está preparada para escuchar de un amigo/conocido el ‘soy gay/lesbiana’, cuando debería ser lo más natural del mundo.
A un heterosexual ¿se le pregunta con quien ha estado o con quien se ha acostado para juzgarle? No. Pues a un homosexual, tampoco debería importar. Somos (y son) personas que quieren, aman y sienten
Gracias Isra por querer compartir tu experiencia a través de nuestro blog. Es un placer.
Y hemos visto, 100% de acuerdo con tu comentario. No seremos una sociedad justa respecto a la sexualidad hasta que no comprendamos que la sexualidad, independientemente de ser homosexual, heterosexual, bisexual o lo que le de la gana somos simplemente eso, personas.
me he quedado con ganas d mas. desde luego no hay nada mas grande q una madre. un abrazo Isra. a ver si algun dia la gente s vuelve mas tolerante y menos borrega.
Me ha encantado tu entrada =) Nunca te había preguntado por ese moment oa pesar de conocerte desde hace muchos años pero me gusta mucho este paso que has dado y haber tenido la oportunidad de conocerte un poquito más aunque sea a través de esta historia y de este blog =)
Y a sabes q me encanta pasar las tardes conitgo, bebiendonos un té y poniendonos al día. Espero que lo podamos volver a hacer pronto y que sea cada vez más seguido.
Te quiero Mucho!! =)