Vale, ha llegado el momento. Estoy preparada para confesar mi secreto mejor guardado. Llevo tiempo ocultándolo y ya no aguanto más.
¿Preparados?
Tengo… un… SÚPERPODER.
Hala, ya lo he soltado.
Hace años que vengo dándome cuenta de ello. Aunque al principio lo achacaba a mala suerte, desconocimiento o ley de Murphy en estado puro; ahora sé que no es algo externo a mí sino que lo provoco yo.
Cada vez que mi atención se centra en un aparato tecnológico (ordenador, móvil, tablet…) o me pongo a manipularlo: se acaba estropeando, se corta la señal, se bloquea… o simplemente empieza a hacer cosas raras.
Cuando el ordenador se vuelve contra ti
Sí, ya; estaréis pensando que “vaya mierda de súperpoder”; y tenéis razón. Es un auténtico fastidio. Por ejemplo, el viernes pasado salí del trabajo (pies para que os quiero) rauda y veloz a disfrutar de mi preciado fin de semana. Me dirigí hacia mi coche, el cual estaba aparcado en un garaje público. Cuando llegó el momento de introducir el ticket en la máquina que abría la barrera de salida, éste no entraba por la ranura. “Bueno, esto tampoco es tan raro, se habrá escoñado algo”. Llamé al vigilante, que estaba en su cabina y se acercó. El pobre intentó sin éxito meter la tarjeta, pero no había manera. Me dijo: “igual se ha quedado el ticket anterior atascado”. (O igual es mi súperpoder, pensé yo sin atreverme a pronunciarlo en voz alta). El hombre abrió la caja metálica y descubrió que no había nada atrancado. Le dio entonces a unos botones de dentro para reiniciarla, pero no se solucionaba el problema. Así que me miró y me confesó que eso NUNCA HABÍA PASADO ANTES. Al cabo de unos minutos de estrujarse los sesos dijo al fin: “Quizás… no sé… pero a lo mejor es que NO DETECTA TU COCHE…” (No amigo mío, no me detecta a mí…) Tapó acto seguido la célula fotosensible del aparato y, como por arte de magia, la ranura se tragó el dichoso cartoncito; la barrera se abrió y me miró estupefacto, como si estuviera viendo a un fantasma. Yo pisé silenciosa el acelerador y me fui.
Esto es solo un ejemplo de las múltiples situaciones absurdas a las que me lleva tener este súperpoder. Pero hay muchas más, que os paso a comentar:
- Cuando le doy a los botones del mando del App-tv, mi ordenador (que no tiene conexión alguna con él) se pone a abrir programas sin ton ni son.
- Un día la Play, que tiene menos de 2 años, decidió que las películas sólo se podrían OÍR o VER (nunca más ambas al mismo tiempo).
- La Smartv que nos compramos mi marido y yo para nuestra habitación, funciona a veces y otras no. Únicamente lo hace cuando no estoy yo en casa, por supuesto, pues en cuanto mi súperpoder entra en acción, aparece un mensaje en la pantalla que reza así: “Se ha perdido la conexión”.
- Hemos tenido que cambiar el decodificador del Imagenio 3 veces, en menos de un año. No sé si esa estadística es normal pero me da en la nariz que Movistar lo negaría en rotundo.
- Ayer, sin ir más lejos, tenía que imprimir un documento importante. Mi marido había utilizado la impresora el día anterior y, como podéis adivinar, no tuvo ningún problema. Ahora bien, en el instante en el que la rocé, ésta me deleitó con el regalito que os muestro a continuación:
Bueno, como ya os he confesado mi súperpoder, empiezo a estar a la altura de cualquier otro superhéroe más. Y como tal, tendré mi propia frase que me defina.
Si He-Man decía “Por el poder de Grayskull”, Buzz Lightyear “Hasta el infinito y más allá” y el Chapulín Colorado “No contaban con mi astucia”, yo utilizaré “Esto no puede estar pasando”, pues son las palabras más habituales que suenan en el aire cuando los técnicos y reparadores de utensilios electrónicos tienen la desgracia de toparse conmigo.
Llegados a este punto, lo que me queda es buscarle una utilidad a mi extraña habilidad, que seguro que la hay. He pensado que quizás algún pez gordo del Pentágono esté hoy leyendo mi post y quiera contratarme como agente secreto, especializada en anular aquella tecnología ideada para ejercer el mal, del tipo: armamento nuclear, satélites espía… o qué sé yo. O igual me paso al lado oscuro y ejerzo de villana, y me dedico a entrar en las instalaciones de Haciendasomos(casi)todos para que los ordenadores se colapsen y ni Dios pague impuestos el año que viene. Ya veré, tengo un sinfín de posibilidades a mi alcance.
Bueno amigos, ahora que conocéis mi verdadera identidad espero que protejáis vuestros artilugios tecnológicos cuando os acerquéis a mí, porque noto que mi poder crece día a día y quién sabe hasta dónde seré capaz de llegar. Mientras tanto, podéis ir buscando cuál es el vuestro, y nos lo contáis a través de un comentario. Seguro que conseguimos pasar un buen rato leyéndolos todos.
Tambien te falto decirnos que este post es transcrito por tu pareja por que como dices no puedes tocar ningun artefacto jeje
Me has pillado Alan Rey! Jajaja!!
Yo tengo un super poder también. Cada vez que a algun amigo le deja tirado un aparato ( o gadget que dicen ahora), me llaman a que se lo solucione con indicaciones tan claras como…
No me enciende el pc. ¿Qué hago? y mi superpoder tiene que comprender exactamente y con estas claras indicaciones que le pasa al ordenador!!! 🙂