El amor es una de las experiencias humanas más profundas, y cortar el vínculo amoroso es una de las tareas más dolorosas de la vida. Las personas que atraviesan por esta experiencia la suelen vivir de una manera muy angustiosa y traumática, apareciendo numerosos sentimientos de rabia, impotencia, frustración, desesperanza, vacío, vergüenza…
Y es que, tras un período de enamoramiento, de amor y de entrega, donde aparecen grandes ilusiones, esperanzas y proyectos, la ruptura de la relación pesa tanto que a la persona le cuesta enormemente retomar las riendas de su vida. Cuando esta situación se da, a veces repentinamente, otras tras un largo deterioro de la relación, la persona queda atrapada en un torbellino de sentimientos, preocupaciones e interrogantes la sumergen en una profunda crisis de la que debe salir equipada con las mejores herramientas para restablecer de nuevo el equilibrio y la serenidad en esta nueva etapa.
¿Qué sucede cuando una relación se rompe?
Cuando una relación de pareja se rompe, se rompen también con ella muchos aspectos del entorno general de cada uno de los miembros de la pareja. Desde el ámbito familiar, donde toda la estructura y unidad familiar queda truncada, pasando por las relaciones sociales y de amistad que la pareja ha creado, hasta el área económica donde surgen dificultades y conflictos con la división y el reparto de los bienes que se tenían en común.
Ruptura de pareja: ¿qué va a ocurrir?
La separación es una experiencia muy fuerte de ruptura, y por lo tanto es muy frecuente que en este periodo aparezcan profundos sentimientos de desesperación, decepción, venganza, ira, impotencia, tristeza, miedo, soledad, culpa, rechazo, etc. y que todo esto haga entrar en crisis a la persona. En este momento, aparecen multitud de pensamientos destructivos que influyen directamente en la autoestima, dejando a la persona con sentimientos de infravaloración e incapacidad para establecer nuevas relaciones de pareja.
Ahora todo parece nuevo y necesitaremos un tiempo para guardar “luto” por nuestras esperanzas rotas y para darnos cuenta de que la esperanza hemos de reconstruirla con esfuerzo, ya que por sí sola no vendrá.
¿Un periodo de reconstrucción?
La separación afectiva puede ser un periodo de reconstrucción en el que uno puede aprender del pasado y llegar a conocerse mejor; puede ayudarnos a desarrollar partes nuevas de nosotros mismos que antes tal vez no conocíamos o puede ser, por el contrario, una experiencia que nos bloquee y nos obstaculice para seguir con nuestra vida. De cada uno de nosotros depende iniciar un recorrido que termine con la superación de la separación afectiva y le prepare para entablar nuevas y mejores relaciones.
El tema de los sentimientos es el que más se remueve cuando experimentamos una separación afectiva, desde la más profunda rabia a la nostalgia, atravesando por la culpa, el rencor, …. entre otros.
El sentimiento es una necesidad vital del ser humano. Pretender ignorar las emociones significa ir en contra de la naturaleza misma; por ello es preciso reconocerlos para aceptarlos como nuestros, de esta manera estamos caminando hacia la curación efectiva de la herida causada por la separación. Pero un sentimiento que se vive y se reconoce, pero que no se expresa, hace daño a quien lo siente, le quema por dentro haciéndole sentir inseguro/a, insatisfecho/a con sigo mismo/a. Por ello es de suma importancia expresarlos, “dejar fluir todo aquello que pasa por el corazón”.
La importancia de contactar con tus sentimientos
Es muy importante contactar con tus sentimientos y darles una salida adecuada, ya sea a través de la escritura de los mismos o el comentarlos con una persona de tu confianza o incluso alguien que este por la labor de escucharte en esta coyuntura concreta de tu vida.
Sentimientos tras una ruptura sentimental
Notaras como el peso de la carga se hace más liviano, tendrás la oportunidad de escucharte a ti mismo/a, lo cual te será de gran utilidad para entenderte y aceptarte en tu propia y particular manera de sentir, en tu propia y particular manera de ser.
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