Hay un momento crucial en la vida de todo maestro o docente en el que éste debe enfrentarse a un grupo de estudiantes desafiantes e indisciplinados. Es entonces donde se ponen a prueba las verdaderas habilidades de manejo de grupo, comunicación con sus estudiantes y la capacidad de poder solventar la situación sin incurrir en amenazas, agresiones e incitar a los estudiantes a incrementar la conducta desafiante.
En este artículo abordaremos algunas técnicas básicas para lidiar con estos problemas, basándonos en métodos comprobados que puedes aprender también en la primera universidad online que ofrece un Máster oficial centrado en los Problemas de Conducta en la Escuela. Un entorno educativo comunicativo, cordial y respetuoso es la base principal para que cualquier docente pueda desarrollar una clase efectivamente, pero
¿Qué hacer cuando un alumno del aula incita al desorden?
Lo primero que debe hacerse al entrar en una clase por primera vez es fijar los parámetros de conducta que deberán seguirse. Bajo esta proyección de expectativas y explicación de cuáles son los valores y normas que deberían respetarse, el docente tendrá el respaldo de haber expuesto claramente sus reglas. Estas deberán estar basadas en el respeto, la justicia y la empatía, ya que proyectar miedo o intimidación no es el método más efectivo.
Aunque para una persona sin experiencia puede ser sencillo caer en la provocación de un grupo de estudiantes confabulados para quebrar la paciencia del docente, existen algunos elementos que deben trabajarse progresivamente para construir una relación de respeto entre el docente y los estudiantes.
Uno de ellos es el refuerzo positivo. Un estudiante que se siente valorado es un individuo que proyecta respeto y comprensión hacia la labor del docente. Esto no genera resultados instantáneos, pero aporta una ventaja al maestro que puede alentar las habilidades y talentos de un estudiante que puede ser el generador de caos en una clase.
Entendamos que las conductas inadecuadas pueden estar disparadas por hiperactividad, conducta disruptiva, tendencias violentas y negativismo desafiante, por lo que, antes de actuar, debemos realizar un análisis adecuado conductual.
Valoremos la edad y la etapa en la que se encuentra el alumno, cuáles son sus capacidades cognitivas, el vínculo con la información compartida en clases y cuál puede ser el impacto que el estilo de crianza y educación familiar tiene en su comportamiento. A través de estos 10 pasos simples, deberías poder tomar el control de tu clase de manera constante.
10 pasos para tomar el control del aula
- Explica claramente tus normas y su aplicación
- No entres en luchas de poder, recuerda siempre que estás a cargo de la situación
- El tiempo de trabajo debe gestionarse adecuadamente y evita que se generen tiempos de ocio en clase
- No asumas las conductas del estudiante como algo personal
- No lo ataques ni expongas ante sus compañeros, esto puede despertar reacciones negativas
- Cuando elijas la técnica de modificación de conducta, aplícala con seguridad
- Si la conducta no es peligrosa, en ocasiones es mejor ignorarla
- Aplica la comunicación y escucha activamente al estudiante y hazlo de manera empática
- Aplica métodos que incrementen la concentración en el aula para evitar pérdidas de atención
- La disciplina debe ser asertiva y constructiva
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