Hoy os voy a contar una historia real. La historia de Paco. Y no es un pseudónimo ni un nombre genérico. La historia de Paco es real y cuando queráis os pasáis por Albacete, me avisáis y nos tomamos un café con él. La historia de Paco es la de la rehabilitación de un alcohólico
Si cuento la historia de Paco, es porque me ha dado permiso para hacerlo. Es más, él aprovecha cada vez que puede para contarla por si alguien puede aprender algo.
Y os aseguro que sí, que se puede aprender algo.
Paco vivía en los Jardinillos, un parque de la ciudad de Albacete. Según cuenta él, vivía en un pequeño chalet. A lo que Paco llamaba “pequeño chalet” era un tubo de hormigón de esos grandes que utilizan en las obras.
Si vivía en un parque en un tubo de obra, era porque tenía una enfermedad.
Paco era alcohólico y politoxicómano.
Es más, un alcohólico de primera división. De los que se despertaba con un cartón de vino y se dedicaba a conseguir dinero por la ciudad para comprarse más. Uno de esos drogodependientes (porque un alcohólico es un drogodependiente) que ves por tu ciudad, que viven en un cajero y que sus posesiones se reducen a unos cuantos cartones.
Paco era carne de cañón. Cualquiera que lo conociera, tenía claro que tenía pocas opciones. Malvivir en la calle esperando su muerte o, con un poco de suerte, acabar loco ingresado en algún centro de salud mental o albergue para indigentes.
El cambio es posible
Pero un día, él sabrá porque, se acercó a una educadora de calle y le dijo que quería dejar el alcohol y la calle. Estaría feo decir que en la cara de la educadora se dibujó una sonrisa cínica, pero seguro que pensó que Paco había pasado ya la línea roja en la que ya no es posible la rehabilitación. Vivía en la calle, no tenía relación con su familia y no había muchas esperanzas a las que aferrarse.
De todas formas, la educadora le explico el proceso para dejar el alcohol y pidió cita para ir a la Unidad de Conductas Adictivas (UCA) centro público de referencia para las personas con problemas con las drogas.
Contra todo pronóstico, cuando la educadora fue a recogerlo a “su chalet” para ir a la unidad de tratamiento, Paco estaba listo. Aquel día empezó una nueva vida.
Acudió a todas las citas, se hizo controles de orina cada vez que se lo indicaban y finalmente fue derivado a una comunidad terapéutica donde estuvo ingresado 24 meses
De esta historia hace ya 8 años. Y lo más sorprendente, no es que no haya vuelto a probar una gota de alcohol, sino que ha decidido que su vida merezca la pena.
La vida merece la pena
A Paco lo contratan 6 meses al año de barrendero y los otros 6 meses va tirando cómo puede. Pero hace mucho más. Es voluntario de Cruz Roja y sale todas las noches a llevar café y bocadillos a las personas que viven en la calle. Colabora con las asociaciones de Alcohólicos rehabilitados y alcohólicos anónimos de Albacete.
Siempre que puede, pasa a ver a “sus chicas del Mercadona”, las que trabajan en el supermercado donde antes compraba alcohol y ahora va de vez en cuando a robarles una sonrisa.
También visita a los educadores de calle para charlar un rato y, cuando se encuentra con algún antiguo “compañero de la calle”, se para a charlar con él y a darle ánimos. Y les dice una frase que repite como un mantra: Si yo pude, tú también.
Puedo decir con orgullo que Paco es mi amigo y una de las personas que me enseñan, con su día a día, que la vida merece la pena.
[piopialo]Me enseña que nuestro pasado nos hace entender dónde nos encontramos, pero que nuestro presente nos lo podemos inventar todos los días[/piopialo]
Y nos demuestra que, aunque muchos lo duden, de las drogas se puede salir.
La rehabilitación de un drogodependientes (cómo la de un alcohólico) no es simplemente dejar de consumir drogas. Es rehabilitarse cómo persona y construir un nuevo yo.
Este post simplemente es un agradecimiento. Gracias Paco por enseñarme que la rehabilitación existe y que una sonrisa en la cara vale más que todo el dinero del mundo.
Si se quiere se puede. Gran aprendizaje de la historia de Paco y una suerte que nuestros caminos se cruzasen. Este post manda impulso a aquellas personas que se enfrentan a la rehabilitación desde la visión de que sí se puede…
La rehabilitación es dificil, pero siempre es posible. Son muchos los ejemplos que nos demuestran que con el apoyo profesional y la fuerza de voluntad se puede salir de consumo de drogas
Un gran ejemplo que de muestra que del alaochol se puede salir. Nunca es fácil y es relamente duro, pero con l aayuda necesaria se consigue. Enhorabuena a Paco
Gracias Carlos. tienes toda la razón 🙂
Gran historia de superación,gracias por compartirla
A ti por compartir que te ha gustado 🙂
Que post tan crudo y bello a la vez. Plasma la realidad de mucha gente. Gente que seguro que cuando la vemos por los parques de nuestra ciudad, lo primero que nos viene a la cabeza son prejuicios y estereotipos. Paco es un buen ejemplo de que si superas el prejuicio, estas personas pueden tener una oportunidad de rehabilitación.
Gracias compañero, me ha encantado!
EL día que la sociedad a vea a los transeuntes e indigentes cóm opersonas abremos iniciado un gran cambio social… porque mayoritariamente quien viven en la calle en España, lo hace por dos motivos: problemas con las drogas, problemas de salud mental o los dos a la vez
Hola a todos. Me gustó el artículo y me sorprendió, pero me pregunto ¿ cual fue el motivo que impulsó a Paco a cambiar de vida? conozco a muchas personas alcohólicas que no quieren o no pueden cambiar y mi otra pregunta sería ¿podemos hacer algo las familias que les impulse al cambio de vida??. Un beso y gracias.
Hola Lola. Son dos preguntas complejas.
Respecto a la primera, sólo podemos jugar a adivinar. Puede que le impulsara la educadora que todas las semans pasaba a verlo, o quizas el jardinero que le animaba a dejar el aqlcohol, o el miedo a morir en la calle,… al final, da igual cual sea la motivación. Lo importante es qconseguir el empuje para dar el primer paso. A partir de ahi, es trabajao de los profesionales el encontrar por donde «engancharte a la rehabilitación».
Repescto a la segunda pregunta, al respuesta es si.
La familia no puede tomar decisiones por el adicto (si fuera asi, no habría ninguno). La familia lo que puede ser es convertirse en un referente estable y claro, en un lugar donde «agarrarse cuando se quieran buscar soluciones.
El papel de la familia es clave y tiene que ser estable, no ceder a los chantajes del adicto. La mejor ayuda a un dependiente es tener normas claras, no aceptar chatajes emocionales y ofrecer ayuda, siempre y cuando se cumpla con las normas establecidad. Ser estable y duro es la mejor ayuda que un familiar puede dar
Muchas gracias por la respuesta pero me gustaría que ampliaras, si puedes, » los chantajes emocionales» y «normas establecidas». Gracias por la ayuda, un abrazo.
Escribiremos sobre le tema Lola, te lo aseguro.
Una gran historia que me toca de cerca. Mi padre, alcohólico también y con una vida muy parecida a la de Paco, no tuvo un final feliz. Así que muchas felicidades y es una alegría inmensa saber que alguien mas lo pudo lograr! Un abrazo
Soledad, gracias por compartir tu vivencia. Lamento que a tu padre le venciera la enfermedad alcoholica. Tenemos mucho que aprender sobre los problemas con las drogas, tanto de las experiencias que consiguen vencer a la enfermedad como de las que no.
y que bonito es alegrarse, como en tu caso, por el bien ajeno 🙂
Definitivamente me identifico con esta historia, yo bebí alcohólicamente durante casi treinta años de mi vida y ahora que he estado sobrio por 22 años. El respeto y el agradecimiento AA y Bill Wilson de recuperar la sobriedad y encontrar el camino de la calle. Muchas gracias por compartir esto.
En amor y luz
Cyn
Gracias y Cynthia por compartir tu experiencia. SAlir del alacohol es muy duro y dificil y el apoyo de profesionales y plataforma de ayuda mutua como AA siempre son necesarias.
y enhorabuena por antener la abstiencia
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