ADICCIÓN: LA ABSTINENCIA NO ES EL OBJETIVO EN LA REHABILITACIÓN, ES EL MEDIO, PARA LOGRAR MEJORAR LA CALIDAD DE VIDA
El fenómeno de las drogodependencias es un fenómeno dinámico, cambiante, que merece una actualización constante por parte los profesionales que intervienen en esta área. Cambian las sustancias consumidas, las formas de consumo, los perfiles de personas que desarrollan problemas con las drogas y en consonancia, los problemas generados por el abuso.
Los problemas de drogas afectan a las personas. Durante mucho tiempo se ha dado un protagonismo exagerado a las sustancias, hablando de los efectos de las mismas, de las consecuencias médicas que acarrean y de las vías de consumo ocasionando un desplazamiento del foco de atención sobre aquellos a quienes la adicción afecta.
Si el objetivo de la rehabilitación es la abstinencia, continuamos dando gran protagonismo a la sustancia.
El objetivo de la rehabilitación ha de ser la mejora de la calidad de vida de las personas afectadas, lo que supone una intervención más centrada en las carencias personales que pueden hacer que la adicción se cronifique y en la ruptura de hábitos y estilos de vida mantenidos durante la adicción.
Si el objetivo es normalizar la vida de la persona, necesitamos la abstinencia como medio para conseguirlo.
Las fases en el proceso de la rehabilitación se podrían ordenar del siguiente modo:
1º Desintoxicación: proceso por el cual la persona deja de consumir, mediante el apoyo médico y farmacológico, si lo requiriera, para superar el síndrome de abstinencia. Que una persona haya dejado la droga no significa que se haya rehabilitado, significa que puede iniciar el camino hacia la deshabituación y el crecimiento personal, el cual no sería posible si las sustancia continua estando presente.
2º Deshabituación: cuando una persona avanza del uso al abuso de una sustancia, se dice que vive por y para el consumo, lo que lleva implícito un cambio hacia hábitos, rutinas y actitudes, no saludables. Del mismo modo, cuando una persona se inicia en un proceso de rehabilitación, necesita cambiar hábitos que le permitan protegerse y avanzar a lo largo de dicho proceso.
A lo largo de la rehabilitación la persona irá recuperando las habilidades pérdidas o no desarrolladas a causa del consumo.
La deshabituación va a ser determinante para alcanzar el ansiado objetivo de mejorar la calidad de vida ya que permitirá el ajuste familiar, laboral y social.
3º Reinserción: la persona en proceso de rehabilitación se enfrenta a otras circunstancias que requieren adaptación por su parte: en el seno familiar, habrá nuevos límites y normas que habrá que cumplir para la sana convivencia de todos, en el plano social empleará de otro modo el tiempo libre, se envolverán en nuevas relaciones interpersonales, y en el plano laboral, habrá de asumir responsabilidades, entre otras cuestiones.
Las personas consumen drogas porque los efectos gustan, aún sabiendo las consecuencias negativas que ocasiona el abuso de las mismas.
Los fumadores fuman, sabiendo que pueden desarrollar problemas médicos severos, y no siempre es un motivo determinante para dejarlo. Las personas con problemas de drogas tienen un diálogo interno que han creado para justificar su consumo, pero quizá una reorientación de la atención hacia el para que se consume permita elaborar un boceto sobre la útil o inútil del mismo.
Un paciente con problemas de alcohol, en una ocasión, ante la pregunta de ¿para qué consumes? me respondió que lo hacía para olvidar cosas que le hacían sentirse mal, pero conforme bebía más recordaba aquello de lo que quería evadirse.
Idealizar los efectos de las drogas solo permite validar creencias y actitudes que hacen de la sustancia y no de la persona, la protagonista de sus vidas, desviando el control de sus pensamientos, emociones y conductas a la misma. Todo esto bloquea nuevas formas de afrontamiento, ritualizando el consumo como patrón de comportamiento.
es necesaria la abstinencia ,para un crecimiento personal.