Todos mentimos y ocultamos parte de una realidad que a veces no nos gusta. Todos echamos mentiras piadosas en alguna ocasión.
¿Quién no conoce al amigo que no se come un rosco y cuenta que se lo rifan?, ¿quién no ha oído a la madre que habla maravillas de su hijo cuando sabemos que no da palo al agua?
Hay mucho tipos de mentiras, pero no es de esto de lo que quiero hablar, más bien del sentido y las consecuencias que tienen fabular dobles vidas irreales.
He intervenido con personas que debido a su problemática con las drogas, a su inmadurez o a su baja autoestima han querido intentar mantener una doble vida a base de mentiras. Esta doble vida se apoya en débiles pilares que se desmoronan por su propio peso.
Algunas verdades sobre las mentiras
Crear una mentira de cierto calibre requiere gran esfuerzo mental, mucho más que hablar abiertamente de la realidad pero también, genera una serie de consecuencias que a la larga, acaban por machacar a quien fabula.
¿Cuál es el sentido de crear esa doble vida de mentiras y falsedad?
Cuando alguien comienza a inventar su doble vida obtiene, en un principio, ciertos beneficios que amortiguan conflictos emocionales, tales como:
- No aceptar que nos equivocamos ( somos perfectos imperfectos)
- No asumir responsabilidades ( niños grandes)
- Agradar a los demás (porque agradarnos a nosotros es una tarea que han de hacer los otros)
- Evitar afrontar o gestionar la vergüenza, la culpa y la frustración ( por si se hunde el mundo)
- Generar confusión ( el único confundido eres tú)
- Mantener una reputación o estatus de cara a los demás (tú podium es ficticio y normalmente solo hay tres puestos)
- Manipular emocionalmente (a veces se adorna la historia y otras veces se genera pena)
- Protegerse empleándola como mecanismo de defensa (toda tortuga tiene su caparazón)
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¿Qué consecuencias tiene la creación de una doble vida inexistente?
El desgaste emocional que conlleva mantener estas mentiras hacen que caigan por su propio peso. Es complicado recordar datos y la combinación que se han hecho de los mismos, dando lugar a historias contradictorias e informaciones que ya no hay por donde coger.
Las consecuencias son nefastas, entre ellas:
- No quererse a uno mismo
- No vivir una propia vida, siendo otros los protagonistas
- Inmadurez emocional
- No afrontar los problemas y que se agraven mucho más
- Inseguridad
- Desconfianza
- Estrés
- Ansiedad
- Soledad
Para aquellos que inventan su vida y se olvidan de vivirla, decirles que no hay mejor descanso que despojarse de ese disfraz que sólo han de ponerse en carnavales…
Un artículo con grandes verdades. Cuando conoces a alguien que vive una vida inventada tienes dos opciones : o la descubres y le haces ver la realidad, o te apartas de ella. En todo caso son dignas de lastima.
La vida que nos toca vivir la hacemos nosotros día a día con las decisiones que tomamos , y siempre estamos a tiempo de rectificar. No hace falta mentirnos .