Las personas que están atravesando por una situación de separación, sienten una gran serenidad al comprender la dinámica de su experiencia de separación y sobre todo les ayuda el poder comprenderse a sí mismas. Cuando las personas saben que sus síntomas son comunes y que su experiencia va a seguir un proceso con una serie de fases o etapas concretas, les proporciona mucho alivio.
La sucesión de etapas tras una ruptura
Algunas personas atraviesan estas etapas rápidamente, mientras que otras lo hacen con lentitud. La intensidad de los síntomas disminuye a medida que se recorre cada etapa. El mayor sufrimiento se experimenta durante el shock, la pena y la rabia, en el momento en que se alcanza la etapa final de la resolución, el dolor se desvanece en el pasado, como si se tratara de una pesadilla. Pero para llegar a la resolución hay que atravesar todas estas etapas. Uno de los objetivos fundamentales para superar esta crisis es atravesar cada una de estas etapas sin quedar atrapado en ninguna de las etapas que precede a la resolución. Veamos pues, cada una de estas etapas:
Fase de Shock
Al principio de la separación se experimenta una inmediata sensación de paralización, desorientación e incredulidad. La vida parece que se ha estancado mientras que toda la atención se centra en la pérdida. Puede darse el caso de que la persona sea incapaz de comer, incapaz de dormir. Esta etapa puede durar un día, o un mes., pero rara vez más tiempo.
Fase de Pena
Cuando la perdida se da la persona se lamenta por muchas cosas como la pérdida de su pareja, por todo el tiempo que compartieron, por los sueños que tenían, y por la promesa truncada de una vida en común. También puede lamentarse por su propio fracaso. Mientras la persona se enfrenta a su pérdida y al dolor que genera en su vida, puede sentirse irritable y de mal humor y hablar con brusquedad a sus amigos y compañeros de trabajo. Incluso puede sentirse furiosa porque sus amigos no comprenden su necesidad de lamentarse. Este no es el momento adecuado para que entable una nueva relación. Muchas veces cuando se lamenta, la persona suele sentir el impulso de telefonear a la otra persona, sólo para oír su voz. Está desesperada por mantener algún tipo de contacto, por irreal que sea.
Fase de Rabia
Cuando la pena disminuye, se siente la necesidad de encontrar sentido a lo que ha ocurrido. Es en este momento cuando la persona empieza a analizar lo que salió mal y a decidir de quién es la culpa. Empieza a afrontar todos los problemas y se debate por comprender qué fue lo que precipitó la ruptura Tal vez se culpe a sí mismo por la ruptura, a la otra persona o a los demás en general (la tensión en el trabajo, un traslado inoportuno, los problemas económicos, problemas de salud) y que culpe a las circunstancias. Junto con el dolor, la emoción más fuerte que sentirá en este momento será la rabia, que puede manifestarse a través de diversas conductas a las que uno se ve inducido en estas circunstancias: el abuso del alcohol y el de las drogas, y la promiscuidad. La rabia puede estar dirigida hacia la otra persona por el daño que le ha causado, o hacia sí mismo, por considerarse un fracaso.
Superada la rabia, la persona puede entablar otra relación en la que, de forma inconsciente, se desquita con la otra persona del daño y del dolor que siente en su interior. Puede ser verbalmente insultante, físicamente distante o simplemente negligente con respecto a las necesidades de la otra persona. Es una «venganza amorosa», porque proyecta en la otra persona lo que siente que le han hecho a ella misma.
Tras la superación de la rabia: Fase de aceptación y reconstrucción
Fase de aceptación
El pasar de la rabia a la resignación del proceso puede ser la transición más difícil del proceso. En esta etapa la persona no sólo debe aceptar que la relación ha terminado, también debe liberarse de ella por completo, separándose de la otra persona y recuperando la energía que invirtió en la relación. Es un momento agridulce del proceso, ya que es un momento en que se dice adiós a la relación y a todos los sentimientos que conlleva. Por un lado, se siente alivio por estar preparado para dejar la relación, y por otro, pena por tener que dejarla.
Aunque parece que lo peor ha pasado, una vez que se ha alcanzado la resignación, no es extraño quedar atrapado en esta etapa. Tal vez le quede poca o ninguna motivación, porque se sienta agotado, Quizá tenga realmente que darse ánimos a sí mismo para pasar a la reconstrucción.
Fase de Reconstrucción
Una vez alcanzada esta etapa, lo peor empieza a remitir, ya que la persona se da cuenta de que pasa más días alegres que días tristes. Ha recuperado la concentración y su vida le pertenece otra vez. Podríamos decir que, en esta etapa, la persona ya está preparada para salir con alguien. Llegado este punto algunas personas se centran en sus propias necesidades por primera vez en la vida, y seleccionan a la persona con la que compartirán el tiempo, de modo que puedan amar de una manera saludable y equilibrada.
Para muchas personas, la etapa de la reconstrucción es como aprender a caminar otra vez después de romperse una pierna. Se han curado, pero necesitan construir su fortaleza desarrollando el amor propio y la seguridad en sí mismos.
Mientras la persona es consciente de todo el dolor por el que ha pasado, empieza a comprender lo que ha ganado y lo que ha perdido a causa de la ruptura. Muchas personas consideran que lo que han ganado es mucho más de lo que han perdido. Otras tienen la oportunidad de crear una vida más feliz y rica mientras continúan desarrollando un mayor conocimiento de sí mismos y de su propia valía.
Fase de Resolución
Este es el comienzo de un nuevo ciclo vital. Podríamos decir que la persona ha resuelto el conflicto y el trastorno que le ha acompañado desde el inicio. Su vida vuelve a encauzarse, pero toma un rumbo diferente debido al desarrollo personal que ha tenido lugar mientras atravesaba todas las etapas de la separación. En este momento puede decidir el inicio de una nueva relación amorosa y también tendrá más confianza en su capacidad de crear su propia felicidad y cuidarse por sí misma.
¿Es normal sentirse así cuando me/ he separado?
La conducta humana no es lineal
También es importante tener en cuenta que, aunque existen pautas comunes, la conducta humana no es lineal. Existen muchos modos diferentes de atravesar estas etapas. Pero es importante completar cada etapa y pasar a la siguiente, procurando moverse al ritmo del proceso. No es raro zigzaguear en varias ocasiones, a lo largo del proceso de separación.
Zigzaguear podríamos definirlo como el tiempo que se dedica a avanzar y retroceder entre las diferentes etapas. Esto es lo que se suele esperar durante las primeras etapas hasta completar la cuarta etapa, la de la resignación. Uno de los más comunes es avanzar y retroceder entre la pena y la rabia, este zigzagueo, puede continuar sin descanso hasta que la persona esté preparada para resignarse ante la realidad de que la relación ha terminado.
Sentimientos tras una ruptura sentimental
De todas formas, aunque doloroso, no es extraño completar la etapa de la resignación y encontrarse en la de la reconstrucción, sintiendo inesperadamente el deseo de volver a relacionarse con la otra persona. Aunque intelectualmente la persona lo ha superado, su corazón le conduce al pasado. En realidad, la persona puede volver a la pena, pero si realmente ha completado la etapa de la resignación, el zigzagueo será breve y el sufrimiento emocional no será tan intenso como cuando se encontraba atravesando la etapa de la pena. Lo mismo se aplica en el caso de que vuelta a la etapa de la rabia, esta será cada vez más breve y menos intensa.
Lo importante es reconocer en que punto te encuentras, sabiendo lo que te queda por completar y aprendiendo de cada etapa.
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