Vamos a revisar como despedirnos de nuestros seres queridos en este artículo y el de la semana que viene. Espero que sea de tu interés esta serie de artículos.
La vida de toda persona está inevitablemente unida a las pérdidas. Separaciones que nos avisan consciente o inconscientemente que las relaciones con los demás no son eternas.
Las pequeñas o grandes pérdidas que vivimos, no solamente nos recuerdan lo provisional de los vínculos, si no que, poco a poco, nos van preparando para el gran y definitivo adiós que tendremos que dar a algunos.
Esta realidad nos puede angustiar o deprimir, pero lo que es fijo es que no lo podremos evitar; la muerte es el único hecho al cual estamos seguros que deberemos responder en algún momento.
Sin embargo, la mayoría de las personas fracasamos de alguna manera en el proceso de despedirnos. Estamos agarrados a nuestro pasado, y soltarlo nos produce vértigo, dolor, vacío…
A la reacción de resistirse a decir adiós se le llama “agarrarse” y se presenta sobre todo ante la pérdida de personas significativas.
La respuesta ante la pérdida de una persona querida, constituye un periodo bastante largo de pena y dolor, seguido por un renacer del interés de las personas y la vida en general.
Ese “agarrarse” tiene el fin de bloquear las emociones tan desbordantes que se dan ante la pérdida con el fin de mantener a la persona querida en la fantasía.
Causas de la reacción de agarrarse
Una de las causas por las que nos aferramos es por la gran cantidad de asuntos incompletos que hubo antes de que la persona falleciera. Y al decir asunto incompleto me refiero a aquellas cosas que quedaron pendientes entre las dos personas: un perdón por una disputa, la expresión de un sentimiento, un secreto jamás contado, frustraciones, culpas, amor no expresado…
Por este motivo una de las sensaciones más comunes cuando alguien muere son los remordimientos: ojalá le hubiera dicho, ojalá hubiera hecho…todos esos ojalá quedan ahí como culpabilidad o remordimientos.
Otra de las causas surge cuando nos aferramos a algo porque con ello obtenemos una ganancia secundaria que, aun a pesar de nuestro dolor, llega a compensarnos. Cuando el presente no nos gusta, o nos sentimos incapaces de comprometernos con otras personas… puede que aliviemos nuestro sentimiento de soledad pensando en relaciones pasadas.
Otra de las razones por la que cuesta tanto despedirse es la falta de disposición a sentir el dolor cuando se sueltan amarras. Un dolor inevitable y a la vez necesario para la superación del duelo.
Sin embargo esto nos da mucho miedo y ,tan pronto como las personas empiezan a sentirse angustiadas toman tranquilizantes, pastillas para dormir, se refugian en las drogas o en el alcohol, todo con el único afán de anestesiar la emociones que no nos gustan y no sentir.
Finalmente hay muchas personas que evitan despedirse, lo hacen porque sienten que dejar ir es una traición hacía la persona que han perdido y hacia ellos mismos, es como si no quisieran lo suficiente al que se ha ido.
Resultados de agarrarse
Una de las consecuencias de agarrarse son los síntomas físicos: rigidez en los músculos, el abdomen, el pecho, presión en la cintura, punzadas en la espalda, rigidez en los hombros y agarrotamiento en la garganta y la mandíbula…Hay personas que se identifican totalmente con personas fallecidas y parecen cadáveres andantes.
Además, existen consecuencias emocionales: aquellos que se han identificado con personas fallecidas, están emocionalmente muertos, no sienten nada. También hay personas que a causa de no haber completado su proceso de duelo presentan de forma crónica una depresión y andan siempre abatidos, apáticos y tienen poco interés real por la vida.
También es sintomática la forma de expresarse a nivel verbal. Hay personas que nunca hablan de su presente o de su situación actual, sino que aprovechan cualquier oportunidad para revivir un pasado lleno de vivencias, recuerdos y sensaciones.
Otro de los síntomas se da en las relaciones por la incapacidad para entablar vínculos estrechos con otras personas. El que está continuamente fantaseando con el pasado o con relaciones con personas que se han ido, tiene poco tiempo para los que están cerca, no ve, ni oye, ni siente lo que ocurre en el aquí y ahora.
Como no despedirse bien. Conductas disfuncionales.
A veces tenemos la dificultad de despedirnos entre otras cosas porque no deseamos soltar de verdad y reprimimos…pero esto no nos aleja de sufrir, porque, aunque enterremos el recuerdo, la realidad seguirá estando ahí y este esfuerzo supondrá un gran gasto de energía.
La oposición a esta realidad tan dolorosa se refuerza a través de las siguientes conductas disfuncionales:
La pataleta:
¡No quiero, no quiero y no quiero! Este tipo de conducta infantil lo que hace que se perpetúe el engaño de omnipotencia y evita sentir la tristeza por lo que uno se queda en la rabia.
La mariposa disecada:
Hay veces que se actúa desde la negativa a despedirse. Es como estar congelado en el pasado, el escenario no se modifica, como si la historia fuera a retroceder. Se deja la habitación tal como la dejó, el teléfono colgado por si llama…
El agujero de queso:
Nos agarramos al pasado o a los demás para rellenar nuestros propios huecos lo que nos convierte en dependientes. Hay personas que no paran de mirar los huecos de su vida sin hacer nada y se quedan ahí mirando al pasado rechazando lo que les trae nuevo y bueno el presente.
La despedida de chicle:
Toda despedida requiere un tiempo de adaptación. Pero hay personas que a la hora de despedirse es como el que pisa un chicle, no hay manera de despegarse de él.
No pasa ná!
Son personas que tratan de evitar la despedida mediante la negación de lo que sienten. Evitan hablar del tema y hacen como si no hubiera pasado nada y algunos en vez de afrontar su vacío y soledad llenan su tiempo con múltiples actividades, o encontrando una nueva relación lo más pronto posible casándose de nuevo o teniendo otro hijo.
Os he hablado sobre las consecuencias de no despedirse, las causas o motivos, y los diferentes tipos de despedidas que se pueden dar cuando no queremos soltar. En el próximo articulo os daré las pautas necesarias para poder elaborar un duelo de manera sana y funcional.
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