¿POR QUÉ MI HIJO ACOSA A OTRO?
No hay un motivo concreto para acosar. Pueden influir varios factores:
- Personalidad del acosador: falta de empatía, agresividad, falta de habilidades sociales, frustración y rabia.
- Historia de abusos o maltrato: aprendemos de la conducta ajena y nuestro primer modelo es el familiar. El niño que se ha criado entre violencia, responderá de este modo en otros contextos de su vida, como en este caso, el entorno escolar.
- Refuerzo de los demás: a menudo el acoso es producido en presencia de los compañeros del chico que acosa (o “bully”). Éste mantiene sus conductas, en parte, porque sus amigos no le ponen freno ni le reprueban. Es más, incluso le animan a continuar y lo utilizan como “brazo ejecutor” de los deseos del grupo.
¿POR QUÉ A MI HIJO LE ACOSAN?
Las situaciones de bullying se mantienen en el tiempo porque la persona acosada no sabe cómo ponerle freno. Normalmente por miedo y/o vergüenza, esconden la tortura que están padeciendo a diario, tanto a profesores como a sus padres. Pero el hecho de elegir una víctima, por parte del acosador, no se produce al azar sino que hay chicos “diana” que tienen más probabilidades de padecer este tipo de acoso:
- Muchos niños acosados comparten características de personalidad similares. Con frecuencia presentan una baja autoestima y un bajo autoconcepto. Eso les lleva a pensar que “son menos” que los otros niños y que, en cierta forma, no merecen un trato mejor.
- Otra característica común es la falta de habilidades sociales y asertividad. Las habilidades sociales son aquellas que nos permiten relacionarnos adecuadamente con los demás. Son normas no escritas de conducta social. Por ejemplo, saber entablar una conversación, respetar el turno de palabra o pedir un favor a alguien. La asertividad es la capacidad de responder a las situaciones sin violencia pero con firmeza; saber decir “NO” sin provocar un conflicto pero haciéndose respetar.
- El niño víctima de acoso suele mostrar conductas inhibitorias ante las agresiones recibidas: callarse, quedarse quieto, no hacer ni decir nada al respecto. Esto produce que el “bully” (acosador) siga acosando hasta que alguien (normalmente algún amigo de la víctima o algún profesor que se haya percatado) descubra esta situación al equipo directivo y a los padres.
¿POR QUÉ CALLAN SUS COMPAÑEROS?
Algo que llama la atención en el fenómeno del bullying es la “Ley del silencio” que se establece entre los que presencian las acciones de violencia. ¿Cómo se explica esto?
En los niños de primaria, el factor principal suele ser el miedo a que les pase a ellos, mientras que en la adolescencia interfieren, además de ese temor, otros factores propios de esta etapa:
- Conducta gregaria de los adolescentes: cuando llega la adolescencia, los iguales, es decir los amigos se convierten en el punto de referencia de la persona. Los amigos pasan a ser el modelo principal de conducta y la pandilla, el entorno primario dónde se socializan. El adolescente se siente cómodo y protegido dentro de un grupo, el cual, con sus normas internas, le proporciona identidad, imagen y guía. Por eso, si los testigos del acoso callan y no denuncian la situación, los compañeros seguirán las pautas establecidas por el grupo: guardar silencio.
- Por otro lado, son muy sensibles a la presión de grupo, que se traduce en seguir la corriente marcada por el mismo. Los grupos de adolescentes se forman por individuos de características similares o que intentan parecerse. Los miembros que se alejan de las tendencias del grupo sufrirán consecuencias (normalmente rechazo). Por ello, los adolescentes, aunque ansían sentirse únicos, independientes y diferentes al resto del mundo, temen diferenciarse demasiado de sus semejantes, al igual que de la conducta que el grupo considera “adecuada” en cada situación.
Por tanto, la conducta gregaria (yo formo parte de un grupo) y la sensibilidad a la presión de grupo (no puedo actuar de manera diferente al grupo), podrían explicar las causas por las que los compañeros de una víctima de acoso escolar, es decir, los testigos “mudos”, teman diferenciarse del resto y ser ellos los que actúen diferente al resto, dando la voz de alarma ante los profesores o padres. En definitiva, no quieren convertirse en “el chivato” del grupo.
Y hasta aquí la serie de posts sobre el acoso escolar. Si queréis opinar estaremos encantados de recibir vuestros comentarios. ¿Habéis tenido alguna experiencia relacionada con el fenómeno del bullying?
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