En este artículo quiero llevar a cabo un primer acercamiento al bullying y ver en la segunda parte, pautas y líneas de actuación para familiares, (no solo del acosado, sino también del acosador ya que también precisa ayuda), centros educativos y profesores.
1. ¿Qué es el Bullying?
La palabra “bullying” (intimidación, abuso, acoso) no es una palabra que esté de moda en la actualidad, sino que gracias a los distintos estudios que se han llevado a cabo sobre sus efectos y alcance está ganando la importancia que merece y está creando impacto en la sociedad, a lo que probablemente su nombre anglosajón le haya dado un atractivo. Se ha puesto nombre a un fenómeno que ha existido siempre, cobrando ahora el valor que le corresponde.
Es una forma de maltrato psicológico, verbal o físico. No se trata de una broma entre iguales ni de una pelea aislada, sino de un conjunto de acciones intencionales, repetidas y prolongadas. A partir de los 6 años son conscientes del daño que pueden hacer.
Al igual que la violencia de género ha existido siempre, no la excusamos y mostramos tolerancia 0, cualquier forma de maltrato es inadmisible, conlleva gran sufrimiento y es un deber de todos contribuir a su erradicación. ¡Dejemos de decir que son cosas de niños! Queda mucho trabajo por hacer…
No voy a entrar en datos estadísticos ya que pueden ser consultados a golpe de clic y poder así certificar el gran alcance que tiene (UNICEF, INJUVE, ANAR, SAVE THE CHILDREN,…)
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2. Manifestaciones
Se trata de agresión física, amenazas para provocar miedo o para conseguir algo, destrozo o robo de material, intimidación, exclusión, ridiculización, insultos, humillaciones, también a través de redes sociales, mensajes o correos, que llevan al acosado a una situación inescapable, violando el derecho a ser tratado con dignidad y a la enseñanza, a ir a la escuela a aprender y no que sea acudir a un campo de batalla.
Es un problema de todos y una obligación moral que compartimos los adultos.
3. Causas
…múltiples: personales, familiares, escolares.
Se suele poner el énfasis en qué características comparten los acosados, que si bien es cierto que en muchas ocasiones se trata de niños y niñas no tan populares, no tan fuertes físicamente, más tímidos e introvertidos,… no creo que esto sea significativo cuando partimos de la premisa de que todos somos diferentes, y que son los acosadores los que hacen resaltar algún rasgo, cualidad, …personal del niño o la niña acosados, y así ser merecedores de ese castigo o de ser objeto de burla, adquiriendo el acosado un error de atribución, una sensación de culpa, aprendiendo a comportarse de forma pasiva, un fenómeno conocido como Indefensión aprendida.
4. Características de los acosadores
Una baja autoestima que les lleva a actuar así para ganar confianza en sí mismos creyéndose superiores
El modelo familiar inadecuado: ausencia de una relación afectiva con la madre; un modelo de padre agresivo; un estilo educativo permisivo con ausencia de límites y normas que les lleva a una baja tolerancia a la frustración y les abre la puerta a las faltas de respeto; un estilo educativo autoritario en el que se normaliza la violencia (gritos, castigos violentos,…) actuando contra otros que él considera inferiores como desahogo.
Un fuerte temperamento, sin control emocional, desafiantes, manipuladores que pueden encontrar en este comportamiento una oportunidad para divertirse, o bien para que los imiten y así mitigar las diferencias en el rendimiento académico.
Ausencia de valores, como la empatía, la tolerancia (por lo que siempre encuentran motivos y justificaciones a lo que hacen), que le llevan al placer con estas acciones.
Búsqueda de poder y respeto para ganar status y popularidad que lamentablemente se ve muy reforzado en ellos gracias a la “Ley/Pacto del silencio” de los espectadores pasivos.
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5. Efectos
La alarma parece sonar en sus primeras manifestaciones sólo cuando se trata de agresiones físicas. El 90% de los daños son psicológicos. Éstos tienen una mayor repercusión a medio y largo plazo y suelen pasar desapercibidos hasta llegar lamentablemente a una situación insostenible que pueda haber provocado ya cambios permanentes en la personalidad del niño o de la niña.
Entre sus efectos encontramos: trastornos psicosomáticos, estrés, ansiedad, ataques de pánico, fobias, trastorno de estrés postraumático, ideación suicida, depresión, problemas de socialización, aislamiento social, problemas relacionados con el sueño, sentimiento de culpa, baja autoestima, autoconcepto negativo,…
Todas sus consecuencias y efectos se ponen “al pie del cañón” cuando vemos en los telediarios, cada 2 meses aproximadamente, un suicidio que nos vuelve a colocar este tema entre uno de los primordiales de la actualidad, que avanza a edades más tempranas y ya no se trata sólo de un problema de adolescentes.
6. ¿Cómo detectarlo?
Es evidente que nos ponemos en alerta si nuestro hijo o hija viene con señales de haber sufrido agresión física (moratones, ropa rota,…) o con el material destrozado, pero hay otro tipo de señales menos llamativas a simple vista que nos pueden informar y alertar:
Cambios en sus costumbres, pérdida de apetito, problemas para dormir (insomnio, pesadillas,…), pérdida de interés por los estudios, oposición repentina por ir al colegio, dolores de cabeza, de estómago, mirada triste y cabizbaja, hombros encogidos, pasar más tiempo conectado a internet, disminuir o cerrar su círculo de amigos (disminución de salidas, de invitaciones de cumpleaños, falta de interés en mantener relaciones sociales,…),se muestra inseguro y con falta de autonomía, cambios en su humor, apatía, parecen estar ausentes, preocupados, irritables, nerviosos, …
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7. Un breve apunte final
¡La familia es su primer modelo!
Cuando aplaudimos a nuestro hijo o hija por pegar a un niño que no le dejaba tirarse por el tobogán, cuando excusamos el comportamiento agresivo de nuestros peques porque “son así”, por su fuerte temperamento, cuando les decimos si te vuelve a pegar le pegas tú, si en el fútbol te dan una patada devuélvela, o incluso hazlo para parar un posible gol,…les estamos fomentando de manera directa e indirecta el uso de la violencia para la solución de problemas, y a su vez negando la oportunidad de un aprendizaje asertivo, de autocontrol, de la enseñanza de unos valores, amistad, empatía, tolerancia, respeto, colaboración, cooperación compromiso, libertad, responsabilidad,…
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Vivimos en sociedad, y como tal todos tenemos responsabilidad, tenemos derechos y deberes, y moralmente aunque uno se vea como un granito de arena cuando obra en solitario, juntos hacemos montañas y montañas con esos granitos aparentemente insignificantes.
Prevenir el bullying: 4 líneas de actuación
Quitar el valor del chivato, de que son cosas de niños, de la etiqueta de débil al acosado y del fuerte al acosador, de que “no va” con los observadores porque no es problema suyo,… es una labor de todos. No son débiles, no son más poderosos los que acosan sino los observadores que ayudan ya que hacen girar la balanza a favor del acosado y contribuyen al fin de la situación, no es valiente el que no tiene miedo sino el que se enfrenta a ellos, el que pide ayuda, no es más fuerte el que no llora y se reprime (como tanto se oye en los parques),… no es bondadoso el que no conoce el mal, sino el que conociéndolo no lo utiliza, es una inclinación natural de hacer el bien QUE SE PONGA DE MODA, SER BUENA PERSONA
SEMBRAD EN LOS NIÑOS IDEAS BUENAS, AUNQUE NO LAS ENTIENDAN;
LOS AÑOS SE ENCARGARÁN DE DESCIFRARLAS EN SU ENTENDIMIENTO
Y HACERLAS FLORECER EN SU CORAZÓN.
María Montessori
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