Hoy queremos hablar de ganas de vivir, de generosidad, de lucha y todo esto se lo tenemos que agradecer a Ana, una mujer que se aferró a la vida.
La primera vez que vi a Ana fue subida en un escenario, disfrutando de la vida y luego, ha habido muchos otros momentos compartidos. En uno de ellos nos contó la batalla de su vida y le pedimos, por favor, compartirlo con todos vosotros.
Este artículo sobre donación de órganos ha sido escrito por Ana. Te dejamos con el post.
Todos hemos oído,en algún momento de nuestras vidas, hablar de los trasplantes. De vez en cuando nos recuerdan que España es un país puntero en número de donaciones y está muy bien que lo hagan, no hay que olvidarlo, hemos oído hablar de datos, números, índices, y un largo etc.
Pero no solemos oír hablar de las historias que hay detrás de un trasplante, de la gente que se implica en el y la parte humana que conlleva. Los sentimientos, las dudas, los deseos, los miedos, la felicidad y el eterno agradecimiento que queda tras una donación de órganos
Yo soy una parte de esa historia humana. Soy una trasplantada…feliz, muy feliz.
En un momento de mi vida, en que todo era relativamente perfecto…y digo (relativamente) porque creo que nada es totalmente perfecto ( menos mal)…un marido estupendo, 2 hijos maravillosos, una situación económica estable, en un momento (relativamente) dulce, todo se viene abajo, silenciosamente aparece la hepatitis c, en un estado tan avanzado que trae de la mano la necesidad de un trasplante hepático para poder seguir viviendo.
Todo se desmorona a mi alrededor, esto le pasa a los demás no a mi, ¡¡a mi no!! Y piensas : ¿por que?, ¿qué he hecho yo?, ¿de quien es la culpa?…..esas preguntas que nos hacemos ante la adversidad….y de repente aparece el miedo, un miedo frío y terrible a lo desconocido (se de estadísticas, números), porque me doy cuenta que no sé nada, solo que esto le pasa a los demás, a mi no.
Y entonces te das cuenta que sólo existen dos caminos posibles y eres tú y solo tú, quien tiene que decidir que va pasar desde ese momento en adelante.
Después de un tiempo de luto, un tiempo de llanto, de dolor, de rabia y de incomprensión ..hay que decidir : » me resigno y me dejo llevar o me levanto y ando ( como Lázaro ).
Yo decidí levantarme y andar, luchar y no rendirme, y desde entonces sigo andando sin parar ( aunque han existido momentos en los que solo te apetecía tirar la toalla, eso es lo más sencillo).
La culpa en la espera
Luego viene la espera, que parece eterna, la espera a que aparezca un donante ( no os podéis ni imaginar el enorme respeto y consideración que me producen esas maravillosas personas y sus familias), y durante esa terrible espera yo tuve un sentimiento de culpa, y remordimiento porque deseaba que alguien muriese para poder seguir viviendo, (no puede describirse esa sensación),la contradicción entre tu corazón y tu razón, la felicidad porque hay una solución a tu enfermedad y el dolor que produce querer y necesitar que alguien muera.
La contradicción entre la vida y la muerte, el eterno ciclo de la humanidad desencadenándose en tu interior.
Eternamente agradecida
Solo puedo decir que estaré eternamente agradecida a un gran ser humano que murió dando vida, que no quiso que su muerte fuera inútil y sin sentido, por supuesto a su familia que en su terrible dolor supo ser generosa.
De mi familia que puedo decir, las personas que más me han apoyado y más fuerza me han dado, quienes en todo momento incondicionalmente han estado a mi lado, y pasase lo que pasase nunca me han fallado.
Por ultimo confesaros que siempre confié en esta vida, y desde aquí animo a todos a que no dejen de confiar en ella y en sus posibilidades. Si se quiere y se desea con todas tus fuerzas se puede conseguir lo inimaginable.
Yo solo tuve que aceptar mi problema y dejarme ayudar para conseguir la solución….no lo dudéis ni un instante, siempre hay una solución por difícil y lejana que parezca., os lo dice una trasplantada enamorada de la vida.
Ana, hace unos días me envió un mensaje diciéndome que había ido a su revisión y en unas semanas, le quitan el tratamiento ya que todo está de maravilla. Enhorabuena
Muhcas gracias Ana por compartir tu historia con todos nuestros lectores.
Espero que, leer sobre tu experiencia vital mientras has tenido que esperar un órgano que te salvara la vida, pueda servir a otras personas que estén viviendo la misma situación.
Entiendo la angustia que cuentas cuando planteas lo duro que es esperar que alguien muera para que tu puedas vivir».
Sólo decirte que tu actitud ante la vida, tu manera de enfocar la realidad y afrontar la vida, es un si mismo un cato a la vida del que todos tenemos mucho que aprender
Aplaudo tus ganas de luchar y tu forma de ver la vida. Está claro que hay que disfrutar de esta vida a tope porque uno no sabe cuándo te puede venir, así de sopetón, un episodio de estos. ENHORABUENA
Gracias Javo por aportar tus conocimientos.
¿Por cierto? Porque es lo de «cabeza»?
Yo conozco a esta mujer y doy fe de sus ganas de vivir y de como aprovecha cada momento de su vida. Es un ejemplo a seguir en cuanto a entereza y esperanza ante la adversidad. Ana, muchas felicidades por esas últimas noticias….
Ahi Sofi. Vamos a tener que crear el «club de las buenas personas» y demostrar que, aunque a veces no lo parezca, este mundo esta lleno de gente maravillosa y que hacen que la vida sea una experiencia alucinante
La verdad es algo que debemos de considerar mucho más, podríamos salvar la vida de otras personas. Yo que estoy dentro del sector salud de mi país, es lamentable ver las cifras de donantes, son realmente bajas. 🙁
Aqui en España no tenemos malas cifras de donación, pero nunca es suficiente.
¿Qué acto más bomito puede haber que regalar vida cuando pierdes la tuya?
Gracias por tu comentario Luis (tan acertado como siempre) 🙂
Gracias por compartir tu historia :). Creo que mucha gente no se ha planteado jamás ser donante. En algunos países cuando te haces la tarjeta de salud, debes decir si quieres serlo para que figure en ella. Esto puede ser de gran ayuda para aquellos que no se lo han planteado jamás…
La donación de órganos, aunque tiene un componente muy cruel (como nos cuenta Ana) es totalmente necesaria y la sociedad deberíamos de ser conscientes del bien que se puede hacer con simplmente aceptando ser donante
Gracias por tu aportación Carmén
Donar es quizá el acto altruista que podemos hacer con mayor frecuencia. Evidentemente no órganos, pero sí sangre (y lo digo con la tranquilidad de ser donante desde hace años).
Cada vez que salgo de la sala de donación, salgo contento y feliz sabiendo que como mínimo habré ayudado a tres personas. Lo recomiendo, es una sensación incomparable.
Totalmente de acuerdo con lo que dices.
Hacer algo por las personas que te rodean es una de las cosas más sencillas que puedes hacer para ser feliz
Gracias por tu comentario 🙂